El Ayre Gran Colón da su última alta: cierra tras 15 meses y 2.079 pacientes el último hotel medicalizado de Madrid

  • El Ayre Gran Colón ha alojado a pacientes de Covid que no podían hacer cuarentena en sus casas durante casi 15 meses.
El consejero de Sanidad en funciones, Enrique Ruiz Escudero, junto a Belén Álvarez, la última paciente del hotel medicalizado Ayre Gran Colón.
El consejero de Sanidad en funciones, Enrique Ruiz Escudero, junto a Belén Álvarez, la última paciente del hotel medicalizado Ayre Gran Colón.
Comunidad de Madrid
El consejero de Sanidad en funciones, Enrique Ruiz Escudero, junto a Belén Álvarez, la última paciente del hotel medicalizado Ayre Gran Colón.
19 de marzo de 2020, abre de manera ininterrumpida el Ayre Gran Hotel Colón.

El Hotel Ayre Gran Colón ha sido este viernes una fiesta. Una celebración cargada de simbolismo y esperanza, porque el establecimiento ha quedado clausurado como hotel medicalizado de la Comunidad de Madrid. Fue el primero que abrió en España, el 19 de marzo de 2020, y ha sido el último en cerrar, este 4 de junio. A lo largo de casi 15 meses, por el hotel han pasado 2.079 personas con Covid-19 que no podían guardar cuarentena en sus domicilios. 

Han sido pacientes de todo tipo: mayores con diversas patologías, mujeres con sus bebés o hasta 60 niños que han pasado la convalecencia con sus padres. También ha sido muy variada la procedencia de los ingresados: personas de 20 nacionalidades diferentes han pasado estos meses por el establecimiento, porque además de pacientes derivados del hospital Gregorio Marañón, que está apenas a 800 metros, también llegaban algunos viajeros contagiados que se detectaban en el aeropuerto de Barajas.

Todos han recibido las mismas atenciones y cuidados de los 220 trabajadores que han pasado por la instalación, que han tenido que superar las dificultades que les planteaba la enfermedad y también las barreras del idioma, capitaneados por el doctor José Luis Escalante. 

Este médico del Marañón define la experiencia de los últimos meses como un "reto". El hotel medicalizado se puso en marcha en apenas 24 horas, sin una experiencia similar previa, y a los seis días de empezar a funcionar ya tenía sus 164 plazas completas. Las ambulancias no dejaban de llegar esas primeras jornadas. 

"Los pacientes llegaban de 15 en 15", cuenta Miguel Ángel León, uno de los sanitarios que ha estado trabajando en el hotel desde el principio. Durante cuatro días de agosto del año pasado, además, le tocó pasar de enfermero a enfermo: se hizo una PCR para visitar a su familia y dio positivo. Era asintomático y tuvo que ingresar cuatro días como paciente. Sus compañeros, por supuesto, le trataron con el mismo mimo que al resto de ingresados.

Para Escalante, además de reto, otra de las palabras que define esta etapa es "satisfacción": la de saberse útil para la sociedad, en un momento tan delicado, y también la que le provocan todas las muestras de cariño y reconocimiento que ha recibido el personal que ha trabajado en el hotel medicalizado.

"No es fácil imaginar el esfuerzo que supuso poner el hotel en marcha", ha confesado el consejero de Sanidad en funciones, Enrique Ruiz Escudero, que ha asistido a la clausura del centro. En un día de "mezcla de emociones", ha asegurado, es momento de tener esperanza en que se está yendo por el buen camino para dejar atrás la pandemia. El responsable autonómico ha agradecido el trabajo de los dos centenares de sanitarios que han trabajado estos casi 15 meses en el Ayre Gran Colón y ha señalado que su clausura no significa que la Comunidad de Madrid deja de prestar un servicio de alojamiento para quienes no puedan pasar la enfermedad o guardar cuarentena en sus casas. 

Desde el 1 de junio, las personas que están en esta situación están siendo derivadas desde centros de salud, hospitales, y también desde el aeropuerto, al centro Vitalia Canillejas

Foto de familia del consejero de Sanidad en funciones, Enrique Ruiz Escudero, con personal del hotel medicalizado Ayre Gran Colón, en el acto de clausura.
Foto de familia del consejero de Sanidad en funciones, Enrique Ruiz Escudero, con personal del hotel medicalizado Ayre Gran Colón, en el acto de clausura.
Comunidad de Madrid

El hotel ha funcionado como una planta de hospital más del Marañón. Los pacientes pasaban el día en sus habitaciones, donde comían gracias a un catering que se estableció en el hotel. Los enfermeros y sanitarios pasaban todos los días por las habitaciones para comprobar el estado de los pacientes y darles la medicación. También se les controlaba por teléfono las 24 horas del día. En el edificio se instalaron sistemas para consultar las historias clínicas y también para tramitar las altas: se convirtió en un centro sanitario más.

Belén Álvarez Ortiz, de 29 años, ha sido la última paciente del Hotel Ayre Gran Colón. Ha abandonado la que ha sido su casa durante los últimos 10 días "eternamente agradecida" con el personal que ha estado atendiéndola y con un mensaje a los más jóvenes: "la Covid-19 no es una broma". "Hoy es un día para celebrar, pero esto no se ha terminado", ha advertido Belén. 

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