Un estudio revela que la Antártida no fue tan fría como se creía

La Antártida que se encontraba libre de contagios de la Covid-19 ha registrado su primer brote. El Ejército de Chile ha informado de 36 casos confirmados de coronavirus en la base que mantiene en el continente.
Pingüinos en la Antártida,.
Archivo
La Antártida que se encontraba libre de contagios de la Covid-19 ha registrado su primer brote. El Ejército de Chile ha informado de 36 casos confirmados de coronavirus en la base que mantiene en el continente.

La Antártida, el lugar más frío de la Tierra en la actualidad, fue aún más frío durante la última Edad de Hielo...Pero no tanto como pensábamos. Durante décadas, la ciencia sugirió que las temperaturas de la Edad de Hielo en la Antártida eran en promedio unos 9 grados centígrados más frías que en la actualidad. Pero ahora, gracias a un estudio que reconstruye temperaturas antiguas, podemos saber que la temperatura en la Antártida hace 20.000 años no era tan fría como creíamos.

Un equipo internacional de científicos, dirigido por Christo Buizert de la Universidad Estatal de Oregón, ha revelado en la revista Science que, si bien algunas partes de la Antártida si tenían unos 10 grados menos que en la actualidad, en la Antártida central oriental solo tenían 4 a 5 grados menos que ahora.

Base Gabriel de Castilla del Ejército de Tierra en la Antártida.
Archivo: Base de Ejército de Tierra en la Antártida.
DIPUTACIÓN DE PALENCIA

"Esta es la primera respuesta concluyente y consistente que tenemos para toda la Antártida", dijo Buizert, especialista en cambio climático . "El hallazgo sorprendente es que la cantidad de enfriamiento es muy diferente dependiendo de dónde se encuentre en la Antártida. Este patrón de enfriamiento probablemente se deba a cambios en la elevación de la capa de hielo que ocurrieron entre la Edad de Hielo y hoy".

Comprender la temperatura del planeta durante la última Edad de Hielo es fundamental para comprender lo que podría ocurrir a medida que el planeta se calienta por el cambio climático y sufra los efectos del deshielo.  Por eso, los investigadores ven la última Edad de Hielo como un experimento natural que ayuda a comprender la sensibilidad del planeta a los cambios en los gases de efecto invernadero . Y las muestras de núcleos tomadas del hielo que se ha acumulado durante cientos de miles de años ayudan a contar esa historia.

La memoria del hielo

En este estudio, los investigadores utilizaron dos métodos para reconstruir temperaturas antiguas y núcleos de hielo de siete ubicaciones en la Antártida: cinco de la Antártida oriental y dos de la Antártida occidental.

El método de termometría de pozo mide las temperaturas en todo el espesor de una capa de hielo. Y la capa de hielo de la Antártida es tan gruesa que guarda un recuerdo de las temperaturas anteriores. Así se pueden medir y reconstruir las temperaturas más frías que había en la Edad de Hielo, dijo Fudge, profesor  de ciencias terrestres de la Universidad de Washington.

Imagen aérea de la grieta que ha provocado el desprendimiento de un iceberg gigante de la Antártida.
Archivo, grieta en un iceberg gigante de la Antártida.
British Antarctic Survey

El segundo método examina las propiedades de la capa de nieve a medida que se acumula y se transforma en hielo con el tiempo. En el este de la Antártida, esa capa de nieve puede variar de 50 a 120 metros de espesor y se ha compactado durante miles de años en un proceso que es muy sensible a los cambios de temperatura.

Lo más importante es que los investigadores obtuvieron el mismo resultado con los dos métodos por lo que tienen confianza en que los resultados son consistentes.

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