Brown descarta dimitir o adelantar comicios si los resultados de las europeas son malos

  • El primer ministro asegura una limpieza a fondo del sistema.
  • Según las encuestas, los laboristas sufrirán un descalabro el 7-J.
  • El líder de los conservadores también habría sacado provecho de los gastos parlamentarios, polémica que sacude a Reino Unido.
El primer ministro inglés, Gordon Brown.
El primer ministro inglés, Gordon Brown.
El primer ministro inglés, Gordon Brown.

El primer ministro británico, Gordon Brown, descartó este domingo dimitir o adelantar las elecciones generales si los laboristas sufren el batacazo que pronostican las encuestas en las elecciones locales europeas (y también locales, en el caso de Gran Bretaña), y prometió que habrá una limpieza a fondo del sistema político del país.

En una entrevista en directo con la BBC, el primer ministro y líder laborista afirmó que seguirá "al frente" del Gobierno incluso en el caso de un mal resultado electoral y subrayó que seguirá trabajando "para sacar al país de la crisis económica".

"Estoy tratando los problemas de primera mano. Estoy haciendo frente a los problemas", manifestó Brown. Los sondeos publicados este fin de semana pronostican que los laboristas no superarán el 16 por ciento de los votos en las elecciones europeas, superados por los conservadores, con un 30 por ciento y el antieuropeo UKIP, con un 19 por ciento.Estas encuestas también indican que de celebrarse hoy unas elecciones generales, el Partido Laborista

obtendría un 21 por ciento de los sufragios, un nivel de intención de voto que supone un mínimo histórico, según publicó este sábado el diario
The Times.

El escándalo del abuso de los parlamentarios de los gastos que tienen asignados por su segunda vivienda ha hundido a los laboristas en los sondeos, pero Brown se aferró a su espíritu de corredor de fondo para expresar su confianza en que la gente seguirá confiando en los laboristas y en su gestión como jefe del Gobierno.

"Las cosas suben y bajan", dijo el primer ministro, quien destacó que "atravesamos las circunstancias económicas más difíciles que ha afrontado este país" y que ha sido su Gobierno el que ha tomado las medidas necesarias para que el Reino Unido sea uno de los países que salga con más rapidez de la recesión. Las encuestas también han mostrado en las últimas semanas que la mayoría de los votantes está a favor de que se adelanten los comicios generales, previstos para el año que viene.

Brown consideró que esos sondeos son "vagos" y pidió no sacar conclusiones precipitadas sobre cuáles serán los resultados, a la espera de que se conozcan los resultados de las elecciones locales, el viernes, y los de las europeas, el domingo.

Los laboristas "lucharán por cada voto ante las elecciones", subrayó el primer ministro, quien tampoco quiso dar por hecho, como afirman los medios, que llevará a cabo una remodelación de su gabinete si el resultado electoral del día 4 es muy negativo.

Brown dijo que su dimisión o un adelanto electoral son temas que preocupan secundariamente a los votantes y consideró que "lo que la gente quiere es que limpiemos el sistema", de manera que no se puedan repetir abusos como los de los parlamentarios y que el Reino Unido tenga "una democracia más abierta y transparente".

El primer ministro prometió una revisión de los gastos de todos los parlamentarios en los últimos cuatro años, la instauración de un "código de conducta" y que haya una supervisión externa de los gastos, algo que, según dijo, están a punto de acordar los partidos.

Cameron también sacó provecho

El líder de los conservadores David Cameron también sacó provecho de los gastos a los que tienen derecho los parlamentarios británicos para costear sus segundas residencias, según afirma el diario The Mail on Sunday.

Este diario informa de que Cameron canceló la hipoteca que pesaba sobre su primera vivienda en Londres poco después de recibir 350.000 libras (566.400 dólares o 400.700 euros) de otra hipoteca, subvencionada con dinero público, para pagar la casa del distrito electoral de Oxfordshire (sur de Inglaterra) por el que fue elegido.

Cameron, según The Mail on Sunday, consiguió la hipoteca de 350.000 libras -una cantidad cercana al máximo que pueden solicitar los parlamentarios- para comprar esta segunda casa en agosto de 2001, dos meses después de ganar su escaño en las elecciones.

Al designarla como su segunda vivienda, pudo reclamar la devolución del pago de los intereses de esa hipoteca, en virtud de los beneficios de los que disponen los parlamentarios y que ahora están seriamente en cuestión por el escándalo parlamentario.

Sólo cuatro meses después de lograr la hipoteca de 350.000 libras, Cameron canceló las 75.000 libras que le quedaban por pagar de su casa de Londres, que había comprado seis años antes.

El diario señala que "no se está sugiriendo que violara las reglas", pero ofrece la opinión de expertos hipotecarios que indican que si hubiera mantenido su hipoteca de Londres y hubiera pedido 75.000 libras menos para la hipoteca subvencionada con dinero público, habría ahorrado a los contribuyentes 22.000 libras.

El Partido Conservador dijo que el comportamiento de su líder fue "razonable" y negó que reducir la cuantía de la hipoteca sobre su casa de Oxfordshire hubiera ahorrado dinero al erario público.

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