Según el escrito de acusación pública, los hechos ocurrieron en 2016, cuando el acusado mantenía una relación con la madre de la víctima, que entonces tenía 14 años de edad. En el marco de esa relación, el hombre convivía con ellas de forma ocasional, los fines de semana y en períodos de vacaciones, en un domicilio del partido judicial de Ponteareas.

La Fiscalía señala que, en octubre de 2016, el acusado estaba en la vivienda con la menor y que, con el pretexto de que le dolía la espalda y el colchón de la habitación de la niña era de mejor calidad, se metió en la cama con ella. Estando los dos acostados, el hombre comenzó a acariciarle el cuerpo y le introdujo los dedos en la vagina, antes de penetrarla.

Episodios como éste se repitieron al menos en cuatro ocasiones, en las que el acusado abusó de la menor penetrándola y eyaculando, hasta mediados de noviembre de 2016. El hombre amenazó a la niña para que no contase nada, advirtiéndole de que, si lo hacía, él acabaría en prisión y ella en un centro, separada de su familia.

El ministerio público considera al procesado, por estos hechos, autor de un delito continuado de abuso sexual sobre menor de 16 años, y pide para él 11 años y medio de prisión. Asimismo, reclama que sea inhabilitado para ejercer oficios relacionados con menores durante 5 años, la medida de libertad vigilada durante 9 años y el mismo período de alejamiento de la víctima, para la que solicita una indemnización de 25.000 euros por los daños morales.

POSIBLE CONFORMIDAD

Por otra parte, la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, acoge este lunes una vista que, aunque inicialmente está señalada con tribunal de jurado, previsiblemente acabe con un pacto de conformidad, según han avanzado fuentes judiciales.

El procesado es un hombre que fue condenado por un delito de maltrato familiar, con la agravante de reincidencia, a realizar trabajos en beneficio de la comunidad, y con la medida de alejamiento de su expareja. Poco después de serle notificada esa condena, en septiembre de 2020, fue de nuevo condenado por quebrantarla, y de nuevo se estableció la prohibición de acercarse o comunicarse con su expareja.

Pese a ello, en enero de 2021 se presentó de nuevo en el domicilio de ella, llegando a acceder al interior de la vivienda, donde se encontraba su expareja con un amigo. Según el ministerio público, el acusado recorrió varias estancias de la casa, negándose a marcharse, hasta que ella lo condujo a la puerta para que saliese.

En ese momento, él metió un pie entre la puerta y el marco para impedir que la mujer cerrase y, aprovechando que la tenía de frente, le tocó los pechos, al tiempo que le decía: "A ver cuando follamos".

Por estos hechos, la Fiscalía lo acusa de un delito de quebrantamiento de condena, en concurso con un delito de allanamiento de morada, y de un delito de abuso sexual, con las agravantes de género y de reincidencia. Así, pide que sea condenado a penas que suman 5 años de cárcel, al pago de 3.960 euros de multa, y indemnizar en 1.000 euros a su expareja, a quien no podrá acercarse en 4 años.