Lara Álvarez: "Supervivientes es un trabajo en el paraíso, sí, pero también es durísimo" | Entrevista

Lara Álvarez, en el 'barco encallado' en los Cayos Cochinos de Honduras, donde se graba 'Supervivientes'.
Lara Álvarez, en el 'barco encallado' en los Cayos Cochinos de Honduras, donde se graba 'Supervivientes'.
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Lara Álvarez, en el 'barco encallado' en los Cayos Cochinos de Honduras, donde se graba 'Supervivientes'.

La presentadora Lara Álvarez lleva siete años trabajando como presentadora de Supervivientes sobre el terreno. Eso hace que casi cuatro meses al año vida en Honduras, en la costa de La Ceiba, justo enfrente de los Cayos Cochinos, donde hacen su vida los concursantes de Supervivientes. Así, es una de las mayores expertas en cómo se hace y cómo es la vida que hay detrás de uno de los programas más complejos y difíciles de hacer de la televisión. 

¿Cuál es tu rutina un día cualquiera en Supervivientes? Un día de gala suelo levantarme habitualmente sobre las 05:30 o las 06:00 horas. Soy bastante madrugadora. Aquí me acuesto muy temprano y amanece también muy temprano y creo que así se saca mayor partido al día y al sol. Lo primero que hago es una rutina de ejercicios muy pequeñita, de unos 30 minutos de abdomen, sentadillas, brazos… algo más de activación que de entrenamiento. Después desayuno un batido de mango, leche y canela, unas tostadas con aguacate y tomate y un buen café. Después intento hablar con mi familia a través de Facetime para saber que todo sigue bien, me pongo al día con ellos y hablo de mis perros Choco y de Lúa, que ahora están viviendo con mis padres. 

Y entonces llega el trabajo... Sí. A las 09:00h sale el helicóptero hacia los cayos, donde llegamos sobre las 09:20h. Diez minutos después estoy con Anita Pajares maquillándome y peinándome para grabar entradillas o las piezas de publicidad del día. Sobre las 11:00h comenzamos con los ensayos de los juegos que tenemos habitualmente en los programas y las dinámicas para que salgan bien. Sobre las 12:30 para todo el equipo a comer y a las 13:45 estoy ya en el control vestida y microfonada para entrar al directo con las últimas novedades que me da mi director, Óscar Vega. Solemos terminar como a las 17:30-18:00 horas, cogemos el helicóptero o la barca de regreso al hotel, dependiendo de cómo esté la meteorología. Sobre las 18:45 estoy en mi villa y a las 20:30 o 21:00, después de una ducha me dedico un ratito a leer o escribir y después a dormir, porque acabo agotada.

¿Cómo es la vida en los Cayos Cochinos? ¿Dónde os alojáis, como coméis...? Los Cayos Cochinos están reservados para los concursantes; nosotros estamos alojados en la costa, a unos 40 minutos de los cayos en lancha, en un hotel donde tenemos villas con todas las necesidades cubiertas. También tenemos comedor en el hotel, donde nuestro cocinero, Rodrigo, nos prepara desayunos, comidas y cenas. Pisamos el hotel casi solo para descansar de los días de gala, que tenemos tres a la semana; los días previos también se trabaja con ensayos, se preparan las pruebas… El equipo está a full, pero todos muy cerca de todos y cuando alguien necesita algo faltan manos para echar un cable. Estamos siempre como una gran familia, que es por lo que cada vez que despido la palapa me entra esa pena. Hay gente -italianos, colombianos, dominicanos e, incluso, españoles que viven en otras zonas del país- a la que no volvemos a ver hasta que no regresamos a Honduras en una siguiente edición.

¿Qué soléis hacer en los ratos libres? Yo trato de descansar y desconectar, pero intento no estar expuesta al sol. Al estar trabajando en un paraíso, pero pasando gran parte del día al sol, me he concienciado mucho de los riesgos de exponerse demasiado. Ahora por la pandemia no podemos abandonar el hotel, por lo que los planes se han reducido bastante, pero aquí habitualmente lo que solíamos hacer antes de la pandemia era visitar las islas que estaban cerca (aunque lejos de los concursantes) como Roatán, Utila… Los días libres son muy contados y con el covid las medidas son similares a las de España, por lo que no nos podemos juntar todo el equipo y lo que hacemos es descansar, estar tranquilos en casa, leer o hacer deporte.

¿Cómo ha cambiado la pandemia las cosas? Las condiciones de seguridad son iguales que en España. Está todo súper controlado y estamos muy concienciados. Todo el equipo debe cumplir el mismo nivel de medidas de seguridad. Nos hacen tests permanentemente y tanto en los cayos como en el hotel estamos siempre con mascarilla. Además, no es posible ni entrar ni salir del hotel. Yo por ejemplo no suelo tampoco comer en el comedor, cojo la comida y me la llevo a mi ‘casa’.

¿Acabáis cogiendo cariño o tirria a los concursantes? Siempre cariño. Al final ellos se convierten para nosotros en las personas a las que más vemos y nosotros a las que más ven ellos durante cerca de 90 días, así que se merecen todo nuestro respeto. Es gente muy profesional que viene a disfrutar de la experiencia. Es cierto que hay concursantes que te facilitan más el trabajo que otros, pero todos vienen en esencia y eso es lo que buscamos, que el espectador disfrute de ellos y del programa.

¿Qué es lo mejor de trabajar en Supervivientes? Lo mejor es, sin duda, compartir esta experiencia con el equipo que tenemos. Es gente que viene con los sentidos, el ánimo y la fuerza a tope para realizar este trabajo y eso se contagia. Nos volvemos un reloj de precisión suiza porque este programa, con 180 personas que estamos trabajando aquí, necesita que todos estemos muy concentrados en nuestro trabajo para que el del otro también se pueda llevar a cabo. Es gente auténtica de la que yo acabo siempre súper enganchada.

¿Hay algo que sea lo menos bueno de trabajar allí? Lo peor es estar lejos de la familia, pero lo compensa que estoy en un auténtico paraíso y con gente hondureña que es fantástica y en esta tierra, que ya quiero como mi segunda casa y que me ha enseñado tanto no solo de mi trabajo sino también de la vida.

¿Qué debería saber un espectador sobre el trabajo que hacéis en Honduras? Debería saber, aunque creo que ya lo saben, la dedicación, la ilusión y el trabajo del fantástico grupo que tenemos detrás. Es un trabajo en el paraíso, sí, pero también es durísimo. Hablamos, por ejemplo, de operadores de cámara que no solo tienen que cargar con la cámara, sino que lo hacen bajo el sol y en unas condiciones de mucha humedad. También redactores, productores, gente de muelle, juegos y talleres, guionistas, redactores de cámara... Todo el equipo al completo se desvive las 24 horas del día para que el programa fluya y se vea siempre lo mejor de nuestros concursantes para el disfrute de los espectadores. Eso es lo que de verdad me gustaría que valorara el espectador, el fantástico grupo que tenemos detrás.

BIO... Por Lara Álvarez

 Tengo 34 años y el próximo 29 de mayo cumpliré 35. Empecé a los 19 años a trabajar en Telemadrid y desde ahí he ido enlazando un trabajo con otro. En Mediaset España llevo ya ocho años seguidos. Trabajo en Supervivientes desde hace siete; también he participado en otros formatos como Gran Hermano, Qué quieres que te diga, Los Manolos o en las retransmisiones del Mundial de Motociclismo. Mediaset España es la que considero mi casa y es donde me gustaría terminar mi trabajo porque creo que tiene no solo los mejores compañeros que puedo tener sino también a los mejores directivos, que me han abierto las puertas para dar a conocerme profesionalmente y me llevan siempre a una nueva zona de no confort para desarrollar mis capacidades al máximo.

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