La Rioja podría recuperar una producción rentable del tomate para industria aplicando las técnicas de Agritom 2.0

Calahorra y su zona de influencia agrícola podrían encabezar la iniciativa para recuperar el cultivo del tomate "industrial" en La Rioja por su rentabilidad y fácil colocación en el mercado. Esta es al menos la primera conclusión del proyecto Agritom 2.0 que llega a su tercer y último año de experimentación.
La Rioja podría recuperar una producción rentable del tomate para industria aplicando las técnicas de Agritom 2.0
La Rioja podría recuperar una producción rentable del tomate para industria aplicando las técnicas de Agritom 2.0
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La Rioja podría recuperar una producción rentable del tomate para industria aplicando las técnicas de Agritom 2.0

Desarrollan este proyecto Fundación Caja Rioja, La Universidad de La Rioja (UR) y el Centro de Tecnología Ctic-Cita con la implicación directa de la Cooperativa Agrícola El Raso. Personal de esta sociedad de agricultores realizaba hoy la última plantación en una finca de fanega y media de superficie situada en el calagurritano término de Los Pontigones. Con este ensayo se cerrará el proceso con el que se van a determinar las condiciones óptimas de producción tomatera aunando la eficiencia productiva, energética y económica así como las buenas prácticas agrícolas con un análisis de impacto medioambiental.

Como en las dos campañas anteriores se han plantado 9 variedades de tomate industrial (el habitualmente empleado para envasado, pasta y salsas) con tres ciclos de producción (corto, medio y largo). La experiencia de años anteriores ha permitido afinar las técnicas para conseguir la máxima producción posible con el riego más económico logrando la rentabilidad más alta.

Las técnicas medioambientales han jugado un papel fundamental en tres aspectos:

El riego por goteo con cortes que fijan cual es la cantidad óptima de riego para conseguir la mejor relación entre ahorro de agua, cantidad de producción y calidad del producto.

La gestión de la maleza y las malas hierbas mediante un adecuado marco de plantación y el empleo de plástico biodegradable (en su día se experimentó también con cartón).

El control de plagas mediante fitosanitarios muy selectivos y de acción limitada a insectos concretos.

En los dos últimos aspectos se han introducido novedades este año: por una parte dejando más espacio entre las filas de plantas para poder quitar la maleza con motocultor, y por otra, la utilización de "trampas delta" que atrapan polillas de taladro y gracias a las cuales se puede saber el alcance de la plaga y ajustar en consecuencia la cantidad y tipo de fitosanitario a emplear.

Todos estos detalles han sido explicados esta mañana "in situ" por Germán Soldevilla (Ctic-Cita), Daniel Blanco (UR) y Elisa Rivas (El Raso) que se han mostrado agradecidos por la colaboración encontrada en administraciones e instituciones e ilusionados con los resultados de Agritom 2.0 que el año pasado dio ya una cosecha excelente, especialmente en las especies de tomate de ciclo largo.

Por su parte, Francisco Burgos, Jefe del Área de Patrimonio e I+D de Fundación Caja Rioja, ha comentado lo importante que sería para el desarrollo agrícola que se retomara el cultivo del tomate industrial en La Rioja en competencia con Navarra y Aragón; sobre todo cuando su colocación en el mercado sería muy sencilla habida cuenta de la existencia en la zona de grandes conserveras y multinacionales del sector.

Según Germán Soldevilla, la producción de tomate industrial en La Rioja necesitaría solamente una cosa más para ser plenamente rentable: la concentración parcelaria. Esto ahorraría costes, racionalizaría los recursos y abarataría la producción consiguiendo más margen de beneficio para el agricultor.

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