"Hay un tiempo para el castigo y un tiempo para la concordia". Con esa frase, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, volvió este miércoles a mostrarse proclive a indultar a los líderes independentistas condenados. Lo hizo durante la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso de los Diputados, donde tuvo enfrente al líder de la oposición, Pablo Casado, quien le acusó de llegar "demasiado lejos" y le advirtió de que los indultos serán el "finiquito" del presidente y "el epitafio del PSOE constitucional". "A los españoles se nos acaba la paciencia", recalcó el popular.

Sánchez y sus ministros llevan desde comienzos de la semana abriendo la puerta con claridad a aplicar la medida de gracia a los penados por el procés. Este martes, el presidente dijo que los políticos deben "construir concordia" y avanzó que eso "es lo que va a hacer el Gobierno". Horas antes, la portavoz, María Jesús Montero, admitió que el Ejecutivo baraja indultar a los presos "por el interés de España", y el lunes fue el titular de Justicia, Juan Carlos Campo, quien pidió ver ese posible perdón con "naturalidad".

Con esta mar de fondo y como era de esperar, la cuestión centró el rifirrafe semanal entre el presidente y Casado. El líder del PP, en tono firme, tiró de la hemeroteca del propio Sánchez para atacarle: "Los indultos se tiene que acabar", "el secesionismo es un movimiento reaccionario", "el acatamiento de la sentencia del 1 de octubre supone su cumplimiento íntegro"... frases que Sánchez pronunció en el pasado y que ahora se vuelven en contra de sus planes. "Todo esto lo ha dicho usted", le reprochó Casado, que acusó al presidente de "poner en riesgo la continuidad de la España constitucional".

El número uno del PP también reprochó a Sánchez que este martes invocara la necesidad de evitar la "revancha" y la "venganza" como argumento para abrirse a los indultos: "Cumplir la ley no es venganza", proclamó Casado, quien sostuvo que Sánchez es presidente "gracias a los que quieren acabar con España" y afirmó que "el pago" que le piden sus socios, es decir, los indultos, serán "el finiquito" de Sánchez y "el epitafio del PSOE constitucional".

"A los españoles se nos acaba la paciencia, a usted se le acaba el tiempo", insistió el jefe de la oposición, quien prometió que, si llega al Gobierno, reformará el Código Penal para sancionar los referendos ilegales y que no permitirá que "los golpistas" lo "vuelvan a hacer".

Sánchez, al PP: "Ustedes debilitaron los cimientos del Estado"

El presidente no se arredró. A la espera del informe del Supremo -último trámite al que debe esperar el Gobierno para poder adoptar la decisión final–, Sánchez evitó decir expresamente que vaya a indultar a los condenados, pero sí recalcó que el Ejecutivo "tomará una decisión a favor de la convivencia" porque la Constitución "recoge en su espíritu tanto el castigo contra la concordia", y afirmó que adoptaría "la misma decisión si el Gobierno tuviera 300 escaños".

Sánchez es consciente de que el indulto conllevaría un coste político. De acuerdo con la encuesta DYM que este miércoles publica 20minutos, dos tercios de los españoles –e incluso el 63% de quienes apoyan al PSOE– rechazan los indultos, que sólo obtienen el respaldo mayoritario de los votantes de Unidas Podemos. En Cataluña, en cambio, se invierten las tornas, y el 65% de los encuestados estarían a favor de la adopción de esta medida.

Además de justificar el posible perdón a los presos por el "beneficio" que implicaría para el "encuentro entre los españoles", Sánchez no desaprovechó la ocasión de pasar al contraataque. En ese sentido, recordó que la votación ilegal del 1 de octubre y la declaración unilateral de independencia sucedieron bajo un Gobierno del PP, y también que el propio Casado ha sido crítico en el pasado con la gestión que Mariano Rajoy hizo de la crisis territorial. "A quien le hicieron un 1 de octubre y le plantearon una DUI fue a un Gobierno del PP", dijo el presidente.

En esa misma línea, Sánchez le recordó a Casado que el PSOE no dudó en apoyar al Ejecutivo popular en 2017, respaldando por ejemplo la aplicación del artículo 155 de la Constitución: "Usted podría comprometerse con el Estado y defender al Gobierno, como hizo el PSOE en un momento tan complicado como 2017", manifestó Sánchez, quien acusó al PP de haber "debilitado los cimientos del Estado" con su gestión de ese periodo.

Los socios de Sánchez le piden valentía

Sánchez también respondió a preguntas de los portavoces del PNV, Aitor Esteban, y de EH Bildu, Mertxe Aizpurua. Esteban le dijo al presidente que el interés a los nacionalistas es que la legislatura prosiga, pero que "hay que ir haciendo cosas" que "no se entiende que no se hayan hecho", como concretan las reformas laboral y de pensiones, precisar qué impuestos subirán, afrontar el modelo territorial o ejecutar los traspasos de competencias pendientes.

En esa misma línea, Aizpurua le recomendó a Sánchez que se dé "prisa" en cumplir sus compromisos progresistas, porque "si no la derecha se lo comerá". "Tiene la mayoría social, política y sindical", le apremió la portavoz de EH Bildu al presidente, quien reivindicó que, pese a la pandemia, el Gobierno ya ha sacado adelante leyes como la de los riders, la de la eutanasia, o la de cambio climático.