Un día normal en el cole. Como cada mañana, a las 12.00 horas, cientos de alumnos se dirigen al comedor del centro (un concertado de Pozuelo) para disfrutar del menú. Todos excepto Enrique (cinco años), que tiene que ir con su tupper, preparado con mimo por su madre para que en la comida no haya ni un solo gramo de gluten.

Este miércoles se celebra el Día Internacional del Celiaco, un trastorno digestivo que afecta a uno de cada cien madrileños, aunque el 90% de ellos desconozcan que padece esta enfermedad.

Los celiacos no pueden tomar dietas con gluten, un compuesto presente en alimentos tan comunes como el trigo, la cebada o la avena.

Enrique es uno de ellos, "su trastorno no es demasiado grave, comparado con otros, pero sí muy desagradable. Si se salta la dieta, acaba con colitis", dice su madre, Beatriz Alonso.

Con motivo de la fecha, la asociación celiaca de Madrid exigió este martes a los colegios concertados la obligatoriedad de ofrecer platos sin gluten que permitan a niños como Enrique comer con el resto de sus compañeros.

"Pero es difícil", explica Beatriz, "el comedor de mi hijo lo lleva una empresa externa, y la dirección del centro no puede hacer nada contra eso, aunque quieran".

1.500 euros al año

Lo de poder comer fuera no sólo mejoraría la calidad de vida de Enrique, sino también la de sus padres. Según la Asociación de Celiacos de Madrid, el seguimiento de una dieta especial para este tipo de trastornos conlleva un gasto extraordinario de 1.500 euros al año.

"La pasta la tenemos que comprar en tiendas especiales, y cada paquete nos vale unos 20 euros, cuando uno normal nos valdría un euro", comenta Beatriz.

Los menús para celiacos en los coles concertados no es la única petición del colectivo al Gobierno de Esperanza Aguirre. También han reclamado a la presidenta el plan de ayudas económicas por valor de 400.000 euros que les prometió en octubre de 2007 y que la Comunidad tiene en este momento paralizado.

Aparte, solicitan además, esta vez a la Unión Europea, un cambio sobre el etiquetado de productos sin gluten, ya que se ha demostrado que algunos de estos alimentos contienen pequeñas cantidades de almidón perjudicial para los celiacos.

"La ayuda nos sería muy útil", sigue explicando Beatriz, "pero lo más importante es que la Administración se conciencie sobre el problema. No puede ser que en un bar de carretera nos puedan hacer el favor de preparar platos sin gluten y no hagan lo mismo en la escuela. Saber comer también es parte de la educación".

La importancia del diagnóstico

La importancia de un diagnóstico precoz puede ser fundamental para mejorar la calidad del vida del celiaco. Una persona que sufra cierto grado de intolerancia al gluten puede tardar en recibir un diagnóstico hasta una media de 12 años, "periodo de tiempo en el que es tratado por una enorme cantidad de enfermedades que no padece, llegando incluso a tener un riesgo elevado de desarrollar linfomas debido a la medicación", afirman desde la Asociación de Celiacos de Madrid.