Los ambulatorios de la comarca barcelonesa del Maresme, al borde del "tsunami" por la falta de personal

  • "Faltan médicos y enfermeras. Estamos todos muy cansados y la media de edad es de 50 para arriba".
  • Lamenta que las restricciones de acceso por la pandemia lleven a muchos vecinos a creer que "aquí no se trabaja".
Una trabajadora sanitaria atiende a una paciente en el CAP Masdevall (Figueres, Girona).
Una trabajadora sanitaria atiende a una paciente en el CAP Masdevall (Figueres, Girona).
Glòria Sánchez / Europa Press
Una trabajadora sanitaria atiende a una paciente en el CAP Masdevall (Figueres, Girona).

La pandemia ha puesto contra las cuerdas el sistema de atención primaria de Cataluña, especialmente en la comarca del Maresme (Barcelona), cuyos profesionales se dicen "agotados" por la ingente cantidad de trabajo y los escasos recursos de los que disponen. 

"Estamos desbordados y ahora llega el tsunami". Así lo han señalado representantes de trabajadores de varios centros, según los cuales la Covid-19 ha acentuado un problema "que viene de lejos".

"Faltan médicos y enfermeras. Estamos todos muy cansados y la media de edad es de 50 para arriba: como no venga gente joven a trabajar a la primaria, estamos sentenciados", ha señalado el médico de familia del Centro de Atención Primaria (CAP) Rocafonda Juan José Montero, vocal de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC).

De acuerdo con este doctor, desde enero los CAP de la región viven una "locura absoluta", con profesionales que se han llegado a bloquear las consultas "porque no daban abasto": "Ha habido gente pidiendo permisos sin sueldo o vacaciones anticipadas. Ya no sabían qué hacer para desconectar".

"La especialidad no es atractiva"

Tal como ha explicado, la situación en la primaria del Maresme, como en muchos lugares del área metropolitana, es especialmente crítica porque los profesionales a menudo prefieren quedarse en Barcelona, donde suelen tener mejores condiciones laborales.

"Es una evidencia la pérdida de médicos. La gente no viene a trabajar a la primaria, la especialidad no es atractiva y muchos se van a hospitales de Barcelona donde tienen menos visitas y pueden hacer combinaciones con centros docentes", ha señalado para agregar que, ese "problema" también lo sufren los hospitales comarcales.

"Cuando la carencia es tan grande que en Vall d'Hebron y en los CAP de Barcelona faltan médicos, cómo va a estar la periferia", ha exclamado.

"La cantidad ingente de faena no se visualiza"

Montero ha lamentado que las restricciones de acceso por la emergencia sanitaria estén llevando a muchos vecinos a creer que "aquí no se trabaja", cuando la realidad, ha subrayado, es que "la cantidad ingente de faena no se visualiza".

"Parece que no hay colas, ni actividad, pero es todo lo contrario", ha aseverado para detallar que ahora la mayoría de cuestiones -incluso muchas consultas- se gestionan telefónica o virtualmente y que todos los sistemas está "llenos y colapsados".

No obstante, según este médico, es preciso aumentar la presencialidad, sobre todo para poder atender adecuadamente a personas mayores que no están acostumbradas a las nuevas tecnologías o incluso a migrantes con problemas de comunicación: "Si limitamos mucho el acceso a los CAP, esa gente se siente un poco rechazada".

Asimismo, ha advertido, esta situación ha llevado a "ensanchar la brecha entre la atención primaria y la población", mucha de la cual se ha dirigido a mutuas privadas ante el colapso de los CAP.

"Los sanitarios de la púbica nos estamos dejando a piel, pero competir con eso es muy difícil", ha lamentado para denunciar la ausencia de "respuesta política": "No se cansan de decir que somos la piedra angular pero no hay inversión para que haya más médicos de familia o que los MIR no se vayan al extranjero", ha denunciado.

Los médicos, con un cupo de 1.800 pacientes por profesional

Por su parte, el delegado del sindicato CATAC, Xose López de Vega, ha aseverado que esta coyuntura va en línea a los CAP que gestiona el Consorci Sanitari del Maresme, donde la situación también es "límite".

Según López de Vega, estos centros "atienden a más gente de la que tocaría", ya que los médicos tienen un cupo de más de 1.800 pacientes por profesional, una cifra que -ha aseverado- debería rozar como máximo las 1.300 personas.

Además, ha continuado, en el Maresme ya existía un "agravio comparativo" con respecto a los minutos que podían dedicar a cada consulta, un indicador, ha señalado, de lo muy "desbordados" que están los profesionales.

Por su parte, fuentes del Institut Català de la Salut han aseverado que no se ha desatendido a ningún usuario a pesar de la pandemia: "La Covid-19 ha obligado a hacer cambios en las visitas presenciales, pero el seguimiento de pacientes no se ha dejado de hacer, se ha mantenido por otros canales".

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