Cinco pasos para aprender bien un idioma y obtener resultados

  • Deseo, foco, traslado, inmersión y exposición son los pasos básicos.
Estudiantes de idiomas
El nivel de idiomas es una desventaja competitiva de los profesionales españoles.
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Estudiantes de idiomas

Pasan los años y España sigue sin ser país para los idiomas, para aprenderlos. Estamos mejorando en el aprendizaje de idiomas extranjeros, pero seguimos suspendiendo. Según el Índice de idiomas europeos elaborado por Preply, una plataforma de aprendizaje digital, España ocupa el 12º lugar entre 27 países europeos analizados.

Otro índice, el de EF English Proficency, España se sitúa, con un nivel intermedio, en la posición 35 de 100 países, según su dominio del inglés. Y no se mejora respecto al resto de Europa, al ocupar el puesto 24 de 35. Esta es una clara desventaja competitiva de los profesionales españoles, tanto de los que están en activo como de los que buscan empleo.

"Aprender un idioma es más que un método en concreto o tener un profesor"

Hay que mejorar ese inglés. Es urgente. Según Paloma García, coach de idiomas, "aprender un idioma es mucho más que un método en concreto o tener un profesor. Lo que marca la diferencia es definir tu propia fórmula que equilibre mentalidad (actitud, pensamientos, emociones) y estrategia (objetivos, recursos, exposición al idioma, acciones)".

La creadora del Programa Idiomas en Positivo amplía estos dos elementos y repasa los que, a su juicio, son los cinco pasos básicos a la hora de aprender un idioma si queremos obtener resultados:

Deseo

¿Qué es lo que hace que se quiera aprender y comunicar en otro idioma? Es importante revisar qué hay detrás de la necesidad del idioma (deseo, obligación, oportunidades), para qué se plantea tener ese idioma y cómo puede cambiar el día a día gracias a él. Desde este conocimiento se puede anclar la motivación y, sobre todo, compromiso, vinculado a los valores.

Foco

Definir qué se quiere ser capaz de hacer con el idioma. En qué contexto, cuándo, qué otros elementos hay en juego, de qué punto se parte, cuál es la actitud respecto a los idiomas, la experiencia... Ir al detalle ayuda a definir un plan de desarrollo con el idioma, en especial si se ha ido cambiando de formación, sintiendo que no se acaba de encontrar ninguna que funcione.

Traslado

Una vez definido para qué se quiere usar el idioma, se fija cómo se van a adquirir los conocimientos y desarrollar las capacidades, para trasladar y aprovechar todo lo que se vaya adquiriendo. El hecho de poder transferir lo que se adquiere en una formación en el día a día, en especial al contexto en el que se quiere aplicar el idioma, hará que la motivación se mantenga y alimentará la confianza del individuo.

Inmersión

Exposición al idioma sin salir del país. Buscar los máximos contactos con el idioma, por nimios que parezcan. Hoy en día las oportunidades que se tiene para poder leer/hablar/escribir/oír el idioma objetivo son infinitas. Hay que mirar alrededor. En el entorno profesional, ¿cuándo se puede usar el idioma? En la vida personal, ¿qué espacios se tienen? La constancia es fundamental.

Exposición

La exposición al idioma, cuando es de forma activa (hablar, escribir, incluso escuchar), supone mostrarse. Y algo más difícil todavía: el riesgo de cometer errores. Muy a menudo, por miedo a creer ser juzgado por el nivel del idioma, o por esa costumbre de ser comparado con los demás, se pueden evitar situaciones donde se requiere el idioma (por ejemplo, reuniones de trabajo, reuniones sociales, hacer esa llamada en lugar de enviar un correo electrónico). Cada una de estas exposiciones al idioma ayuda a avanzar en el desarrollo y en vivir el idioma desde la naturalidad y confianza.

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