Jóvenes ante el décimo aniversario del 15M: "Se han conseguido pequeñas mejoras pero no grandes cambios"

Varios jóvenes opinan sobre el movimiento 15-M y hacen balance diez años después.
Varios jóvenes opinan sobre el movimiento 15-M y hacen balance diez años después.
J. París
Varios jóvenes opinan sobre el movimiento 15-M y hacen balance diez años después.
La emblemática Puerta del Sol de Madrid no ha recuperado el trasiego de gente previo al coronavirus pero, como centro neurálgico de la capital, por ella no deja de pasar gente. Madrileños y también ya varios turistas, tanto nacionales como extranjeros, cruzan la plaza, se hacen fotos o simplemente se sientan alrededor de alguna de sus fuentes. La imagen es bien distinta a la de hace diez años, y no solo por los efectos de la pandemia. Aquel 15 de mayo de 2011 arrancaba en este mismo lugar una acampada que duró un mes en protesta por la crisis económica de entonces y a favor de una regeneración política.

La emblemática Puerta del Sol de Madrid no ha recuperado el trasiego de gente previo al coronavirus pero, como corazón de la capital, por ella no deja de pasar gente. Madrileños y también varios turistas, tanto nacionales como extranjeros, cruzan la plaza, entran en los comercios, se hacen fotos o se sientan alrededor de sus fuentes. La imagen es bien distinta a la de hace diez años, y no solo por los efectos de la pandemia. Aquel 15 de mayo de 2011 arrancaba en este mismo lugar una acampada que duró semanas, en protesta por la crisis económica de entonces y a favor de una regeneración democrática. 

Aquella revolución que comenzó en el centro del país y que se extendió a otras ciudades cambió la política española. Fue el germen de Podemos y del fin del bipartidismo. Pero, ¿qué queda hoy de aquel movimiento ciudadano encabezado mayoritariamente por unos jóvenes indignados con el sistema? ¿Qué se ha conseguido de todo lo que reclamaban? ¿Qué opinan ahora de él quienes eran unos niños? ¿Sigue generando ilusión o ha provocado desengaño? ¿Podría resurgir?

El sentimiento más generalizado entre quienes aceptan responder a las preguntas de este diario es el de la decepción y si no, el reconocimiento de que muchas de las demandas eran un tanto idealistas. "Hemos conseguido a lo mejor una política más transparente. Es el único éxito. Realmente no ha habido una transformación social del país. Se han logrado pequeñas mejoras pero no ha habido grandes cambios ni sociales ni en la manera de vivir ni de organizarse", apunta Adrián Lacámara, quien a sus 23 años considera que "las grandes injusticias siguen siendo las mismas". 

"Lo que más me ha decepcionado es que la gente lo haya olvidado tan rápido. Hace diez años y parece que estamos lejos de todas aquellas ideas cuando no ha pasado tanto tiempo y venimos de otra crisis, distinta, pero las consecuencias van a seguir siendo más o menos las mismas", coincide Aitor Galisteo, tan solo un año menor. 

Más optimistas se muestran Sara Olivares o Fátima Abdallah González. Para la primera "falta mucho por hacer" pero "se han conseguido cosas": "Sobre todo en el tema de los desahucios. Surgieron plataformas vecinales que los paralizaron y han ayudado a mucha gente. Yo lo viví de cerca a través de Stop Desahucios. Se ha creado un vínculo vecinal bastante fuerte". Consciente de que "no se puede transformar la sociedad de raíz", esta chica de 28 años no se siente decepcionada: "Había ramas un poco más radicales y eso es imposible aplicarlo. Pero sí se ha creado una semillita en gran parte de los jóvenes de interesarse por la política y saber que se pueden cambiar las cosas."

Fátima opina igualmente que "había mucho de utopía y de sueños individuales y colectivos por cumplir" y que parte de aquello "se quedó en el camino". "Pero creo que sí se ha avanzado en servicios sociales, derechos de los estudiantes, protección social... De hecho miro en el Gobierno y veo que se están llevando adelante muchas leyes que surgieron del 15M. No todo es malo", añade antes de recordar que con 27 años se encontraba entre quienes acamparon en Sol

La emblemática Puerta del Sol de Madrid no ha recuperado el trasiego de gente previo al coronavirus pero, como centro neurálgico de la capital, por ella no deja de pasar gente. Madrileños y también ya varios turistas, tanto nacionales como extranjeros, cruzan la plaza, se hacen fotos o simplemente se sientan alrededor de alguna de sus fuentes. La imagen es bien distinta a la de hace diez años, y no solo por los efectos de la pandemia. Aquel 15 de mayo de 2011 arrancaba en este mismo lugar una acampada que duró un mes en protesta por la crisis económica de entonces y a favor de una regeneración política.

Adrián, Aitor, Sara y Fátima, así como Nicolás, Miriam, David o Miguel están al tanto de lo que fue el 15M, pero este rápido sondeo también deja un importante número de veinteañeros que desconocen qué ocurrió y que no saben que pisan por donde hace una década había que sortear tiendas de campaña, sacos de dormir, pancartas y sentadas. Muchos eran pequeños cuando todo ocurrió pero tampoco se han informado después sobre aquello. 

Si hubiesen levantado la vista en el inicio de la calle Preciados y hubiesen mirado a la derecha habrían visto la placa que el Ayuntamiento, bajo el mandato de Manuela Carmena, puso en 2018 y tal vez habrían sentido curiosidad por conocer su significado. "El pueblo de Madrid, en reconocimiento al movimiento 15M que tuvo su origen en esta Puerta del Sol", reza y añade uno de los lemas que, junto a otros como "No nos representan", tanto se coreó en aquellos días: "Dormíamos, despertamos". La placa, con fondo blanco y letras azules, incluye el escudo del Consistorio y se erige como la única pista de que aquí tuvo lugar una protesta histórica. 

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