En barco o en avión

Foto del crucero Costa Delizia atracado en Barcelona.
Foto del crucero Costa Delizia atracado en Barcelona.
Delegación del Gobierno en Cataluña
Foto del crucero Costa Delizia atracado en Barcelona.

No hay quien nos entienda. Apenas se huele el soñado regreso a la ‘normalidad’ y ya abundan los agoreros anunciando el mal tiempo, vaticinando el regreso de todos los males, insinuando que el turismo es gafe y nocivo.

Voceros del tremendismo nunca han faltado en este país. Esperemos que los que en su día satanizaron la presencia del turismo, en esta ocasión, atemperen sus críticas. 

Corregir los desajustes del pasado, que los hubo, se ha de hacer desde el interés general, la concordia y el sentido común. El Govern, por fin, va a permitir que los cruceros atraquen de nuevo en los puertos catalanes. Lo harán, como es lógico, bajo estrictas medidas de control sanitario. Esta decisión supondrá un balón de oxígeno para comerciantes, restauradores, taxistas y servicios varios.

"Queremos y deseamos que vuelvan los visitantes en barco, coche o avión; y que lo hagan de forma segura y ordenada"

Antes de la pandemia recalaban en los puertos catalanes más de tres millones de cruceristas, dejando pingües beneficios en nuestras ciudades. Queremos y deseamos que vuelvan los visitantes en barco, coche o avión; y que lo hagan de forma segura y ordenada. 

Los necesitamos, no solo desde un punto de vista económico, sino también cultural y humano, para recuperar el pulso vital. Es el momento tanto de las grandes como de las pequeñas cosas. 

Quizás por ello, desde el Ayuntamiento de Barcelona, está previsto poner en marcha una 'app' que notifique al turista las condiciones de acceso a museos, monumentos, etc. El objetivo es evitar la ocupación desmesurada del espacio público. Así nos y les cuidamos.

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