Miguel Ángel Pérez y otros tres investigadores de la UMU están trabajando en un proyecto para intentar conocer si las palabras que más fácilmente guardamos en la memoria se aprenden en la infancia o si da igual la edad a la que se aprenden para recordarlas.

¿Cómo explicaría el proyecto en el que trabajan?

La hipótesis es saber si las palabras que aprendemos en la infancia tienen un almacenamiento especial en nuestra memoria o si no depende tanto de la edad como del orden en el que se aprenden. Para ello vamos a coger a 40 personas, a las que les vamos a enseñar un grupo de palabras en galés durante una semana. Una semana después les enseñaremos otro grupo de palabras en ese idioma. Tras una semana de repaso general, probaremos si las palabras que aprendieron en la primera semana las tienen mejor guardadas que las de la segunda, es decir, que no importa el momento evolutivo en el que se aprenden.

¿Por qué el galés?

Porque a diferencia del inglés, el francés o el alemán, es un idioma del que no pueden tener conocimientos previos los miembros de la prueba. Además colaboramos con profesores de una universidad galesa que nos han ayudado en la elección de las palabras.

¿Qué aplicaciones puede tener el estudio?

Nos servirá para profundizar en el origen del orden de adquisición de las palabras. A raíz de esto, compañeros nuestros británicos han podido clasificar a pacientes con demencia a partir de la edad de adquisición de las palabras.