Los trabajadores de Nissan se han manifestado este jueves en Barcelona para exigir una alternativa industrial clara que permita conservar los puestos de trabajo y el tejido industrial catalán tras el cierre de las plantas barcelonesas de la multinacional, previsto para finales de este año.

La movilización, convocada por los comités de empresa, ha comenzado a las 18 horas ante el Departamento de Empresa de la Generalitat y, más adelante, ha avanzado hasta la Delegación del Gobierno en Cataluña. 

Durante la marcha, en la que han participado unos 700 empleados según la Guardia Urbana, se han oído cánticos como "Cataluña, escucha, Nissan está en lucha", "hay que derogar la reforma laboral" y "queremos un futuro".

Así, la plantilla de Nissan en Barcelona ha vuelto a salir a la calle, como ya hicieron el año pasado tras el anuncio de cierre, para protestar, esta vez, por la lentitud en los avances de la mesa de reindustrialización, ya que aún no hay una alternativa confirmada; por la falta de proyectos grandes y sólidos que aseguren los empleos y para exigir a las administraciones que busquen activamente estas alternativas.

"Salimos porque, si no somos nosotros los que sacamos a Nissan en primera plana, ellos se olvidan"

"Necesitamos un proyecto grande, que tenga la capacidad de generar mucho empleo directo y también indirecto, de proveedores y subcontratas, que también están afectados por el cierre y también están convocados en la manifestación", cuenta Miguel Ángel Boiza, secretario general de la Sección Sindical de CC.OO. en Nissan.

Sin embargo, asegura que "estos proyectos serios no los vemos en la mesa de reindustrialización" por lo que, considera, "hay que decir a las administraciones -Generalitat y Gobierno- que trabajen para ponerlos sobre la mesa si están y, si no están, que los busquen".

Señala que, en el momento de crear la mesa de reindustrialización, las administraciones se comprometieron a hacer de ella una prioridad, y que, a día de hoy, "con esas palabras nos hemos quedado, pero han pasado muchos meses y los proyectos no están. Por eso salimos, porque, si no somos nosotros los que sacamos a Nissan en primera plana, ellos se olvidan".

Y, en este sentido, añade que "queremos que la gente no se olvide de que el conflicto de Nissan fue una huelga de 95 días ante el cierre industrial más importante de Cataluña y España en los últimos años y que afecta a unos 25.000 puestos de trabajo".

Cierre de Nissan

La compañía automovilística anunció el pasado 28 de mayo de 2020 el cierre a finales de ese mismo año de las plantas de Zona Franca, Sant Andreu de la Barca y Montcada i Reixac, las tres en la provincia de Barcelona, lo que comportaría el despido de cerca de 3.000 empleados directos y afectaría a más de 20.000 indirectos. Ante este anuncio, los trabajadores iniciaron una serie de protestas que duraron semanas.

En agosto de 2020, los representantes de los trabajadores llegaron a un acuerdo con la empresa para atrasar el cierre hasta el 31 de diciembre de 2021, mejorar las indemnizaciones y crear una mesa de reindustrialización formada por los sindicatos, las administraciones y Nissan.

El objetivo de esta mesa es encontrar una alternativa industrial que sustituya la actividad de la multinacional japonesa y permita mantener el máximo número de puestos de trabajo, además de dar respuesta a la pérdida de tejido industrial que supone este cierre para el sector en Cataluña.

A esta mesa han llegado diversos proyectos -17 interesados- entre los que se incluyen la fabricación de baterías -que podría descartarse por falta de espacio-, la posibilidad de ensamblar vehículos eléctricos y la creación de un 'hub' de electromovilidad integrado por varias empresas, que los sindicatos señalan como "última opción".

Sin alternativa confirmada a siete meses del cierre

Sin embargo, a día de hoy, y a siete meses del cierre definitivo de las plantas, todavía no se ha confirmado ningún proyecto. Por otra parte, los sindicatos consideran que los que hay sobre la mesa no garantizan mantener el máximo número de puestos de trabajo y el tejido industrial. 

"Hay empresas interesadas en seguir fabricando vehículos eléctricos, pero de algunas no tenemos los datos todavía y de las que sí los tenemos son empresas pequeñas que no garantizan los puestos de trabajo directos ni mucho menos indirectos", señala Boiza, y añade que "nosotros queremos un proyecto sólido, que aguante en el tiempo, pero muchos están vinculados a cómo evolucione la movilidad y las nuevas formas de conducción, y ya veremos si eso tira".

"Lo que hay sobre la mesa son proyectos menores y, más allá de las buenas palabras, los hechos nos dicen que no están muy preocupados"

Ante este escenario, los sindicatos ya exigieron a finales de abril una mayor implicación de las administraciones públicas, tanto de la Generalitat como del Gobierno, para "buscar más activamente" proyectos que permitan una alternativa sólida y fue entonces cuando avisaron de que, si en la reunión del pasado 4 de mayo no había avances, volverían a manifestarse, y así ha sido.

"Cuando llegamos a un acuerdo y se formó la mesa de reindustrialización en septiembre, el compromiso de las dos administraciones era que esto se iba a reindustrializar, que los terrenos eran muy buscados por las empresas y que vendrían. Sin embargo, lo que hay sobre la mesa son proyectos menores que no tienen la capacidad que se necesita y, más allá de las buenas palabras, los hechos nos dicen que no están muy preocupados", lamenta Boiza.

Ante este escenario, los trabajadores han vuelto a movilizarse para "exigir la máxima implicación de las administraciones en la mesa de reindustrialización de Nissan para buscar un proyecto industrial serio y de futuro, que garantice la máxima ocupación posible. Una garantía que ahora mismo no ofrecen las propuestas que hay sobre la mesa", asegura CC.OO. en un comunicado.