Con casi el 100% de los votos ya contados, la victoria del PP elecciones a la Comunidad de Madrid de este 4-M es clara en la práctica totalidad de los municipios madrileños. 

El mapa se ha teñido de azul popular hasta el punto de que Isabel Díaz Ayuso se ha impuesto en los tradicionales feudos socialistas del sur que constituyen el llamado 'cinturón rojo'. Y lo ha hecho, incluso, por más diferencia respecto al PSOE que la que lograra Esperanza Aguirre en los comicios de 2011, que marcaron el máximo de escaños autonómicos jamás logrados por el PP en Madrid.

Además, el PP se ha impuesto como primera fuerza en todos los distritos de Madrid capital, entre ellos bastiones tradicionales de la izquierda en el sur como Puente de Vallecas, Villa de Vallecas, Usera, Centro, Carabanchel, Vicálvaro, Villaverde o Moratalaz.

El PP se ha impuesto en Móstoles, donde ha subido 22,2 puntos pasando del 18,4% al 40,9%, mientras que el PSOE se ha desplomado 12 puntos, pasando del 32,2% al 20,1%.

Directo | Ayuso arrasa en Madrid y supera en escaños a todo el bloque de izquierdas

En Alcorcón, los populares crecen 21,5 puntos hasta lograr el 40,9% de los sufragios. Por el contrario, los socialistas pasan del 31,5% al 20,5%. En Rivas-Vaciamadrid, el PP ha multiplicado por tres el porcentaje de voto obtenido, escalando del 10,35% al 34%. En este municipio, el PSOE se ha desplomado hasta el 17,2% y Más Madrid ha logrado el sorpaso tras hacerse con el 25,2% de los sufragios.

Lo mismo ocurre también en Leganés, donde el PP sube 20,4 puntos hasta el 35,8% y el PSOE se desploma del 34,8% al 23,3%; en Getafe, donde Ayuso obtiene el 35,5% de las papeletas (+19,4 puntos porcentuales) y el PSOE cae hasta el 21,9% y en Fuenlabrada, localidad en la que los populares obtienen el 36% (24 puntos más) y los socialistas se dejan 15,8 y caen al 22,6%.

En esta zona de la comunidad vive en torno al 25% de los madrileños y los partidos políticos, cada uno con sus motivos, han virado su mensaje hacia ellas: la derecha buscaba captar un voto que tradicionalmente se le ha resistido, mientras que la izquierda llama a la gente a votar.