Rosales trepadores sin espinas, una alternativa para jardines verticales

Ejemplar de rosa Banksiae.
Ejemplar de rosa Banksiae.
Wikipedia / Midori
Ejemplar de rosa Banksiae.

Cuando se habla de los rosales y sus rosas en jardinería, enseguida se viene a la mente la imagen de la típica planta arbustiva con espinas y unas grandes flores de color rojo intenso. Sin embargo, esta solo es una de las variedades del gran grupo de rosales, familia de las rosáceas. 

De hecho, se puede optar por variedades más extrañas, pero igualmente preciosas, que pueden decorar y aromatizar el jardín. Un ejemplo son los rosales trepadores que, además, no tienen espinas, como los siguientes, ideales para conseguir un jardín vertical. 

Ejemplo de rosales trepadores y sin espinas

Uno de los ejemplos de este tipo de rosal más raro de ver es el rosal Banksiae, que además de trepar por las superficies y alcanzar hasta los 6 metros de altura, no posee espinas. Es de hoja perenne y aguanta altas temperaturas, pero también resiste las heladas hasta -7ºC. 

Por otro lado, está el rosal Iceberg, otro trepador que no posee apenas espinas y cuyas flores pueden ser de color blanco, unas de las más llamativas en cuanto a los rosales. Si la temperatura es templada, tirando a cálida, dará flores todo el año. Eso sí, necesita agua regular y abono para poder florecer adecuadamente. 

Tampoco tiene casi espinas otro de los rosales trepadores, una variedad que tampoco es tan fácil de ver. Se trata del rosal Polyantha, que apareció por primera vez en Francia. Si se le dan los cuidados requeridos, muy parecidos a los del resto de rosales, esta planta se llena completamente de flores durante tu época de floración, que es entre la primavera y el otoño. 

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