No habían sido convocados, pero cientos de seguidores de Antonio Vega, fallecido el martes por la mañana a los 51 años en un hospital madrileño, se acercaron horas después al pub Penta de la capital, uno de los templos de La Movida que, desde hace más de dos décadas, cierra cada noche al ritmo de uno de los éxitos del artista: La chica de ayer.

"Luego por la noche al Penta a escuchar, canciones que consiguen que te pueda amar", entonaba Vega, y entonaron ayer sus fans en el local ubicado en el corazón del barrio de Malasaña.

A éste, por su parte, la muerte de su intérprete favorito pareció pillarlo por sorpresa. A la entrada, una única rosa y una vela, quizá colocadas por uno de los admiradores del músico, recordaba su pérdida. Más tarde, una carta y una flor pegados sobre la fachada hacían de esquela improvisada.  Dentro, los camareros corrían de aquí para allá desbordados por las peticiones de los clientes, pero en el tocadiscos sonaban Los Rodríguez, Los Secretos o Muchachito Bombo Infierno... y ni rastro de Antonio.

No fue hasta las 2.30, media hora antes del cierre, que el equipo de sonido comenzó a recorrer los temás más conocidos del autor madrileño: Lucha de gigantes, Relojes en la oscuridad, El sitio de mi recreo..., acompañados por algún mechero tímido.

Tras el cierre, todavía llegaron algunos despistados. "¿Está cerrado? Bueno, no importa, era por hacer el homenaje".

Este jueves la página web del Penta recordaba al fin al ex líder de Nacha Pop con dos imágenes (una de las cuales aún cuelga en el establecimiento), y una corta frase: "Gracias por tus canciones".