La Audiencia de Barcelona ha condenado a una multa de 180 euros al policía local de Barberà del Vallès (Barcelona) que mató de un tiro a un presunto ladrón cuando disparaba a las ruedas del coche en el que éste huía, tras abortar un robo con fuerza en un polígono industrial.

En su sentencia, la sección tercera de la Audiencia condena por una falta de homicidio imprudente al policía, Miguel Chica, quien inicialmente afrontaba una condena de dos años de prisión, dado que la fiscalía lo acusaba de un delito de homicidio imprudente.

Según cree probado la sala, el agente local acudió el 31 de enero de 2005 a un polígono industrial de la población, tras ser avisado de que había unas personas que estaban descargando un camión y subiendo los objetos a una furgoneta. Ante la presencia policial, de detrás de la furgoneta salió un vehículo que se dirigió hacia donde estaba el policía procesado, quien tuvo que saltar para no ser atropellado, y tras emprender la huida se desvió hacia donde se encontraba el otro agente local.

Al creer que el vehículo atropellaría a su compañero, el imputado efectuó dos disparos en dirección a la rueda posterior derecha del coche, y una de las balas chocó contra el maletero y alcanzó al copiloto del turismo, que murió unas horas después.

La sentencia mantiene que el policía imputado no respetó los principios de "oportunidad, proporcionalidad y congruencia que deben presidir el uso de arma de fuego", lo que "ya de por sí solo puede considerar constitutivo de un comportamiento imprudente".

No obstante, para el tribunal, esa imprudencia no puede ser considerada grave, teniendo en cuenta el "comportamiento agresivo" del conductor del vehículo que llevaba a los presuntos ladrones. La sentencia obliga también al policía condenado a indemnizar con 60.000 euros a los familiares de la víctima.