"Por mi familia voy a dar mi vida y lo que haga falta". Así de firme, pero a la vez emocionado, se mostró ayer Bruno Ruiz, taxista autónomo de 38 años que inició ayer una huelga de hambre a las puertas de la Conselleria de Transportes . Allí se ha instalado provisto de una esterilla, una manta, un kit de aseo y una muda.
Entre sollozos, Bruno explicó la difícil situación que le ha empujado a declararse en huelga: "Tengo mujer, un hijo de 11 años y una niña de 22 meses a los que no veo porque tengo que hacer jornadas diarias de entre 14 y 18 horas para sacar un jornal decente. Antes de la crisis nunca hacía más de 12 horas".
Bruno aseguró que "estaré aquí sin comer nada hasta que la administración haga una regulación en el sector que nos permita trabajar con dignidad y estar con nuestras familias". Y es que, según estimó, la demanda de taxis ha caído entre un 40 y un 60%.
Desde la Conselleria de Transportes aseguraron que en breve sacarán los resultados del estudio de demanda realizado y anunciarán un paquete de medidas para frenar la crisis.
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