Ane Mendizabal se bajó de las pasarelas internacionales. Se sentía sola y volvió a Donostia. Hoy es Miss Euskadi, y trata de volver a los flashes del mundo.

¿Ya sabía que era usted la más guapa de Euskadi o se ha enterado ahora?

Ja, ja. ¡Qué lo iba a saber! La belleza es tan subjetiva...

¿Le hubiera gustado ser Miss Euskadi antes?

No, ahora está bien. Empecé con 15 años en la moda. Con 20 años estaba en París, Londres, Milán, Nueva York... No soy una mujer independiente. Viajar me gusta mucho, pero me sentía sola y paré.

Entonces, ¿dejó la pasarela habiendo llegado hasta allí?

Sí. Me decían que llegaría lejos...  Pero aquí, de lo que te digan, hay que creer la mitad. Era demasiado joven. Volví a casa, estudié la carrera y trabajé en la moda desde aquí. Siempre me quedó la espina, y ahora es un buen trampolín para volver.

Dígame: si un día se levanta, tiene que ir a por el pan, pero no se puede maquillar, ¿se queda sin pan?

Qué va. No me arreglo nada. Mi ama siempre me dice: "Pero hija, ponte tacones, que tienes que demostrar". Yo le digo: "Ay, déjame tranquila".

Y me va a decir que no para de comer chocolate y tal...

Chocolate, no. Pero croquetas y eso me encanta. Soy muy delgada por naturaleza. Entiendo que muchos me digan que demasiado. No hago deporte y mira cómo estoy. Y eso que tengo más kilos que nunca en mi vida.

Dicen que es imposible ligar con una donostiarra, ¿es ése también su caso?

Eso dicen... Yo ya estoy ligada.

¿A una guapa se la toma por tonta?

Es que en una entrevista de trabajo yo tengo que demostrar que soy inteligente. Pero un concurso de belleza es eso. Belleza. Es lo suyo.

BIO

Donostiarra de 24 años. Diplomada en Educación Social, estudia la especialización en Audición y Lenguaje.

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