David Beriain, en una entrevista en 2017: "¿Merece la pena jugarse la vida? Absolutamente" 

David Beriain, en la serie documental 'Clandestino'.
David Beriain, en la serie documental 'Clandestino'.
DMAX
David Beriain, en la serie documental 'Clandestino'.

Cuando se estudia la carrera de periodismo entre los alumnos más entusiastas están siempre aquellos que se imaginan cubriendo noticias en zonas de conflicto, publicando grandes exclusivas y cambiando el mundo. La realidad, la mayor parte de las veces, les lleva por caminos más convencionales. Pero hay siempre quien lo consigue, quien logra poner su vida en peligro una y otra vez para honrar a la profesión y a la verdad. 

David Beriain y Roberto Fraile fueron secuestrados el lunes al este de Burkina Faso y ejecutados poco después, mientras rodaban un documental contra la caza furtiva en ese país de África Occidental. 

Antes, Beriain se había jugado el tipo llegando hasta el seno de la lucha talibán, de los narcos mexicanos y de otros muchos rincones donde el velo de la información era un telón tupido y pesado. 

Hace cuatro años, en una entrevista con este medio, David Beriain explicaba los porqués de jugarse la vida para informar. ¿Merece la pena jugarse la vida?, le preguntaban. 

"Absolutamente, me considero un privilegiado. No voy sólo para que la gente conozca esa realidad. Voy para aprender yo, porque necesito hacer preguntas, porque siento una curiosidad quemante por hablar con esas personas. No porque me guste el riesgo, pero lo asumo porque quiero sentarme a hablar con esas personas. Me considero un curioso de la naturaleza humana e intento encontrar verdades sobre la naturaleza humana en las condiciones más extremas de la realidad, donde no hay sitio para la impostura", decía el reportero ahora fallecido. 

Beriain nació en Artajona (Navarra), en 1977. Era reportero y director de documentales, especializado en conflictos armados y en el llamado periodismo de inmersión, cuando un periodista vive en primera persona una realidad. 

Beriain se estrenó como periodista en un diario argentino, donde investigaba tramas de corrupción. En 2002 comenzó a cubrir informaciones en zonas de conflicto como Irak, Afganistán, Sudán, Colombia o Pakistán. 

Con 25 años, cruzó a escondidas las montañas del norte de Irak en el doble fondo de un camión para poder cubrir la guerra en ese país.

En marzo del 2008 se convirtió en uno de los pocos reporteros que conseguía entrar con una cámara de vídeo en los campamentos de las FARC, como destacaba Cuatro en su perfil como reportero cuando fichó por la cadena. 

De hecho, uno de sus primeros trabajos en la televisión de nuestro país fue en REC Reporteros Cuatro, presentado por Jon Sistiaga, en el que realizó diversos reportajes como Baby sicarios en Colombia, Los guardianes de ChávezIrak, sin yanquis, Afganistán: Españoles en la ratoneraCongo, tierra violada.

Desde 2014 hasta la actualidad DMAX y Discovery habían estado emitiendo sus trabajos, como Yasuní: genocidio en la selva, Amazonas: Clandestino, La vida en llamas, El ejército perdido de la CIA y varias temporadas y especiales bajo la marca Clandestino

David Beriain ganó el premio de periodismo digital José Manuel Porquet por Diez días con las FARC y fue finalista del premio Bayeux de Normandía para corresponsales de guerra, uno de los más prestigiosos, donde compartió nominación con periodistas de medios como el The New York Times, The Times, Liberation o Paris Match.

En 2019 recibió una nominación a los prestigiosos premios Emmy de la Academia de la televisión de EE UU en la categoría de 'Periodismo de investigación en españo'l por el programa Latinos en el corredor de la muerte. Este documental, codirigido por Fernando Ureña y fruto de una investigación de varios meses liderada por Frank Belyeu, fue emitido en DMAX en 2018. 

El navarro también era Premio Iris del Jurado de la Academia de la Televisión española en 2016 por la serie Clandestino, emitida en DMAX y considerada como una de las tres mejores series de actualidad del mundo por los RealScreen Awards.

David Beriain no dejaba que el desaliento le alcanzara, dejándolo atrás con sus constantes viajes a lugares remotos, en un mundo de frivolidades. 

Sobre eso, contaba una anécdota: "El día que estrené mi primer programa en televisión, sobre los Talibanes en Afganistán, hablando con ellos, una pieza periodística que uno en su soberbia piensa que va a cambiar cosas, que hará reaccionar a la gente... eso tuvo más o menos un millón de espectadores y un 7%. Ese día debutó Belén Esteban a la misma hora en Sálvame Deluxe y tuvo un 23%. Tú puedes hacer dos cosas: coger carrerilla y estamparte contra la pared de la frustración o pensar que un millón de personas, unos diez Camp Nou llenos, han visto tu programa y se han interesado en ver lo que pasa en el mundo. Eso es lo que hay que hacer. Centrarse en eso".

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