El Ayuntamiento y, en última instancia, la comisión de precios del Gobierno aragonés deben dar el visto bueno antes de que acabe el año.

Para el sector, este aumento no llega a compensar el incremento de costes acuciado, sobre todo, por el encarecimiento del combustible lo que puede llegar a afectar a la renovación de la flota, según indicó el presidente de la cooperativa Auto-taxi, Luis Miguel Torres. «Caerán las matriculaciones de coches nuevos. De cambiar el taxi cada cuatro año se pasará a cada seis, para buscar más rentabilidad», indicó.

Los profesionales del sector consideran que, de no recibir ayudas institucionales o autorizaciones para subir tarifas, la calidad del servicio puede verse deteriorada de cara a la Expo 2008.

El Ayuntamiento, primera institución que debe ratificar las tarifas, suele avalar la propuesta de los taxistas.

La comisión de precios de la DGA es más difícil de convencer. De hecho, para 2004 rebajaron la demanda de  subida que pidió el sector del 6,5% al 4,7%.

Para los consumidores, cualquier subida por encima del IPC está injustificada, según indicó Olvido Blasco, de la asociación Torre Ramona. Los sindicatos exigen que esté basada en un aumento de costes real y que venga acompañada de mejoras en el servicio.

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Descuentos que no llegan

La comisión de precios de la DGA, que debe dar el visto bueno a la subida de las tarifa del taxi, quiere que el sector aplique descuentos a mayores y a jóvenes. Así lo planteó el sindicato UGT, en una reunión en mayo. Los representantes de los consumidores avalan también la propuesta. Hasta los taxistas están de acuerdo, pero exigen ayudas de las instituciones para llevarla a cabo. De hecho, hace dos años redactaron un informe que cifraba en 900.000 euros la ayuda necesaria para poder aplicar descuentos del 20% a menores de 26 años, pensionistas y discapacitados. Su propuesta cayó en saco roto.