Se emocionan, se indignan y reclaman la razón y que el derecho les asista... pero de mentira. La polémica se ha levantado en torno al programa De buena ley, de Telecinco, donde los litigantes que aparecen no son ciudadanos de a pie en busca de justicia y mediación, sino actores contratados por la productora.

Al parecer, es común que en el formato de Courtshow (programas de tribunales) se recurra a actores para que expongan los casos que supuestamente tiene que resolver el letrado-árbitro.

Desde Telecinco explican que "se recrean casos reales que se han dirimido en tribunales reales o aquellos que los espectadores proponen" y matizan que los contendientes "no son actores, sino personas que han pasado por situaciones muy similares a las que se exponen en el caso".

El objetivo el programa es, pues "ejemplificar casos reales que se pueden dar". De hecho, un bufete de abogados prepara los casos, que ya se han planteado y resuelto en tribunales reales. Para que los contendientes defiendan con mayor vehemencia sus posturas, se recurre a estas personas, que han tenido experiencias cercanas a lo expuesto.

Así, la naturaleza del programa es "recrear paso por paso" un proceso de arbitraje real, para que, tal como afirmaba la presentadora del espacio, Sandra Barneda, "la gente aprenda de leyes y que cuando se encuentre en una situación de conflicto, antes de ir a juicio y esperar dos años, sepa que puede ir a un tribunal de arbitraje".

En sus dos primeras emisiones, el programa ha obtenido un 12,6% de cuota de pantalla y 1.466.000 espectadores y un 12,7% y 1.487.000 televidentes, por detrás de Los Simpson y Corazón.