La Fiscalía ha mantenido en la última sesión del juicio al asesino confeso de una niña en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), celebrada este miércoles en la Audiencia de Barcelona, que el acusado la agredió sexualmente, la mató "e intentó esconder el cadáver, pero le faltó tiempo". "Un asesinato absolutamente truculento". Eso fue para la fiscal el crimen de Laia, la menor de 13 años cuyo cadáver se halló con una correa de perro en el cuello, encajado en una maleta debajo de un colchón y con multitud de cortes, en junio de 2018, en la casa de su presunto agresor. "La maldad existe", ha sostenido.

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En su informe final en el juicio en la Audiencia de Barcelona, la fiscal ha asegurado al jurado que el acusado "ha hecho mucho más una representación que una declaración" y ha adaptado su versión a los hechos, manipulando los resultados de las pruebas adaptándolas a su interés, en sus palabras. 

Considera que el acusado ha adaptado su discurso partiendo de una intoxicación de drogas, alcohol y paranoia, pero "los 42 testigos, a excepción de dos que son sus hermanas y que se contradijeron, dijeron que lo habían visto en perfectas condiciones". 

La fiscal ha asegurado que la niña fue consciente de todo el ataque, que fue "una muerte lenta y agónica, sin ninguna finalidad aparente, un asesinato absolutamente truculento"

La fiscal ha negado que la niña se perdiera, se desorientara o se escondiera en el piso del acusado, y ha asegurado que él la cogió a la fuerza y la introdujo en su vivienda, porque la niña, "por sus características especiales", tenía miedos y unas rutinas muy marcadas, por lo que considera que es imposible que se escapara de casa de sus abuelos.

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Ha descartado la versión del acusado, que mantiene que fue un homicidio imprudente al confundirla con un ladrón durante un episodio de paranoia, y se ha referido a la forma como la mató, a la correa de perro que encontraron en el cuello de la víctima y a las heridas que le causó con cuchillos.

La fiscal ha asegurado que la niña fue consciente de todo el ataque, que fue "una muerte lenta y agónica, sin ninguna finalidad aparente, un asesinato absolutamente truculento", y que el acusado, durante todo el juicio, lo ha asumido todo menos lo que le perjudica.

Lesiones propias de delitos sexuales 

Al exponer los informes finales, el letrado de la acusación particular, que representa a la familia de la menor, ha insistido en que el único motivo que encuentra para justificar que el acusado forzara a la víctima a entrar en su casa es por un motivo sexual, "no hay ninguna duda". 

Respecto al hematoma que se encontró en la zona genital de la víctima, el acusado afirmó que no le había dado ningún golpe ni se le había tocado, pero el letrado ha recordado que un médico forense testificó que "este tipo de lesiones suelen encontrarse en los delitos sexuales", asegurando que hubo agresión sexual.

Un médico forense testificó que el tipo de lesiones que presentaba la víctima "suelen encontrarse en los delitos sexuales", asegurando que hubo 
agresión sexual

Los peritos dicen que la niña Laia fue asfixiada pero no aclaran agresión sexual

El letrado ha expresado al jurado: "Supongamos que la niña se mete en casa del vecino. ¿Esto justifica que la matara y las atrocidades que hizo este señor después? ¿Un niño tiende a entrar en una habitación oscura? Sin embargo, resulta que la niña se mete en una casa y se cierra en una habitación. Ella dormía con una luz por las noches, ¿cómo iba a meterse en una habitación que no conoce a oscuras?

El abogado ha asegurado que muchos testigos, como la encargada del bar al que acudió el acusado ese día, la hermana de él, su expareja, un vecino que se lo cruzó en la portería y un agente de la policía local testificaron que hablaba y caminaba perfectamente el día de los hechos, reforzando la idea de que no estaba ebrio o drogado, y ha expresado: "A mi juicio, todo esto hace aguas por todas partes". 

La defensa

La abogada del acusado ha mantenido, sin embargo, la versión de éste de que pensó que Laia era un ladrón porque iba drogado, de manera que "se defendió". Por ello, la letrada ha señalado que "no estamos ante un asesinato, sino ante un homicidio", ya que tenía las "facultades alteradas". "Respondió al ataque de forma impulsiva, era su realidad, no la realidad, pero sí su realidad", ya que estaba en "pleno subidón" por el consumo de cocaína, ha esgrimido.

Ha subrayadi, además, que no ha quedado "en absoluto" probado que hubiese una agresión sexual. Ha afirmado que la lesión de la menor cerca de la ingle pudo deberse a un golpe, que la autopsia reveló que no había desgarro vaginal ni anal o que no se halló semen ni ADN en la ropa del acusado ni en la de la niña.

Asimismo, ha puesto en duda que Juan Francisco interceptara a Laia por las escaleras y la metiera a en su piso. Para ello, ha afirmado que testigos en el juicio declararon que cuando la niña desapareció pensaban que se había escondido debido a una situación "estresante" y de "miedo" ante la perspectiva de tener que ir de campamentos.

El juicio está pendiente de una última sesión a puerta cerrada este jueves, en la que el presidente de la sala entregará al tribunal popular el cuestionario para emitir el posterior veredicto. El jurado tendrá una semana de tiempo para deliberar y pronunciarse sobre la culpabilidad del acusado. Posteriormente, el juez redactará la sentencia y fijará la condena en el supuesto de que sea declarado culpable.