Hoy, lunes de resaca, miles de granadinos se recuperan de un fin de semana ajetreado. Pese a que el Día de la Cruz se celebraba oficialmente ayer, lo cierto es que la ciudad ha vivido tres jornadas de intensa fiesta con un gran ambiente durante todo el puente de mayo.
Desde el viernes, las calles de la capital eran un intenso hervidero de granadinos y turistas que han aprovechado las cruces para visitar la capital granadina, tres días en los que el tiempo ha soplado a favor del sector de la hostelería y del turismo.
Los hoteles de la provincia han rozado el 90% durante el puente, una cifra que prácticamente ha llegado al lleno en zonas como la costa o la Sierra, celebra el secretario de la Asociación Empresarial de Alojamientos Turísticos de Granada, Rafael Piñar.
Valencianos, madrileños, catalanes y murcianos se han acercado hasta la ciudad para celebrar junto a los granadinos su Día de la Cruz, una fiesta «llena de raíces», en palabras del pregonero de este año, el bailaor Manuel Santiago Maya, Manolete.
Botellódromo
Era uno de los puntos más conflictivos. El botellódromo -cerrado el año pasado por un bando del alcalde- recibió el viernes a centenares de jóvenes desde el mediodía, una afluencia que aminoró los dos días siguientes.
A falta de barras en las calles, los visitantes calmaban su sed en los bares tras visitar las cruces. No faltaron ni los claveles, ni las sevillanas ni las salaíllas.
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