La UPV va a mover los hilos necesarios para permitir que los presos puedan estudiar a distancia en la institución. En Euskadi, esto tiene mayor calado del esperable. Esta posibilidad abriría la puerta a que reclusos de ETA en España volvieran a matricularse en la Universidad, cosa que está prohibida desde 2003.

Para lograrlo, el equipo del rector Iñaki Goirizelaia apostará por una doble vía. Por un lado, recurrirá al Tribunal Constitucional una sentencia del Supremo que impide matricular a presos extranjeros. Por otra, la Universidad intentará alcanzar un acuerdo con Instituciones Penitenciarias para lograr que puedan estudiar en la UPV los condenados en prisiones de España.

La explicación es algo complicada. Este curso, en la UPV estudian 50 presos de cárceles francesas. Lo hacen gracias a un protocolo aprobado por la institución académica en 2004, que permitía a reclusos extranjeros estudiar en la Universidad. Paradójicamente, ese protocolo no da la opción de matricularse a los presos en España.

Para ello, haría falta un acuerdo con Instituciones Penitenciarias;un acuerdo que no existe por diferencias insalvables entre la UPV y la jefatura de prisiones españolas.

Pero esta semana, el Tribunal Supremo ha anulado el protocolo de la UPV para matricular a esos 50 presos de Francia. La sentencia recoge que no tiene encaje legal.

Ante eso, el rector explicó ayer que acata la resolución y que no se realizarán más matrículas. Eso sí, no sabe qué pasará con los presos de Francia que ahora estudian en la UPV. Pero Goirizelaia cree que el Supremo ha atacado la «autonomía universitaria». Por eso, recurrirá la sentencia y en su caso, apelará al Constitucional.

Paralelamente, la UPV tratará de acordar con Instituciones Penitenciarias un convenio para que los presos en cárceles españolas estudien en esta Universidad. Hoy sólo lo pueden hacer en la UNED.

Mikel 'Antza' matriculado

Entre los presos en cárceles francesas que han hecho matrícula en la UPV está el que fuera considerado máximo dirigente de ETA, Mikel 'Antza', y su compañera sentimental, Soledad Iparaguirre. Ambos ingresaron en la Universidad desde la cárcel en 2005. La polémica por este asunto estaba adormecida desde hacía años.

A principios de la década, docentes de la Universidad como Gotzone Mora cargaron contra la institución académica, a la que acusaban de dar trato de favor a reclusos de ETA. La UPV siempre lo negó.

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