Ser perfectos, guapos, sacar buenas notas, que no les regañen por nada... Ésa es la meta que se han marcado muchos jóvenes coruñeses y ante la imposibilidad de conseguirlo, ahora sólo buscan una salida: la ayuda de los psicólogos.

Expertos de la ciudad consultados por 20 minutos aseguran que el número de consultas de adolescentes se ha incrementado en un 30% en el último año. ¿Las causas? Falta de atención por parte de los padres, actitudes violentas, escaso respeto o fracaso escolar.

"Nunca he recibido a tantos adolescentes como ahora. Sus padres los acompañan y llegan con problemas de comportamiento. Se les da de todo y ante el mínimo inconveniente se derrumban", cuenta la psicóloga María Albadalejo.

Situación preocupante

Y es que tres de cada diez de sus pacientes tienen menos de 18 años, cuando antes su representación era casi irrisoria. Los expertos califican de "preocupante" que los jóvenes tengan que acudir tanto a terapia.

"Tenemos casos de niños de 14 años, y eso demuestra que algo está fallando", dice otro profesional. Buena parte de esa culpa recae en las familias, que mucha veces "no les dedican el tiempo necesario a los hijos". "No se puede ser el número uno en todo. Hay que aprender de lo bueno y de lo malo", afirman.

La crisis causa estrés en los padres... y en los hijos

Los problemas con los que los jóvenes llegan a consulta no son, en la mayoría de los casos, más que una consecuencia directa de lo que viven en su casa. "Los padres están estresados por la crisis, se dan con los hijos, y ellos también se estresan", afirma Pilar Abeleira, de la clínica Psicosom.

Esta profesional, y otros consultados, confirman la teoría de que hay "un pesimismo generalizado" y que cada vez llegan más pacientes con problemas de contracturas, estrés, dolor de cabeza o ansiedad derivados de esa tensión "por lo que pasará, por si se mantendrá el trabajo...". La terapia es larga y "ahora preguntan más por lo que cuesta la sesión que por otra cosa", afirman.

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