Cataluña empieza a notar los efectos de la apertura de movilidad permitida en Semana Santa en los indicadores epidemiológicos, que la semana pasada ya mostraron signos preocupantes de empeoramiento que llevaron al Govern a volver, desde el viernes, al confinamiento comarcal.
El dato que más inquieta a las autoridades sanitarias catalanas, el de la ocupación de UCI. Este arroja este lunes 515 enfermos críticos ingresados, dos más que el domingo, y por encima de la barrera de medio millar que puede desembocar en desprogramación de actividad no Covid en los hospitales, tal y como recuerdan siempre que pueden los responsables de Salut.
El Hospital Trueta de Girona ha decidido este lunes anular del martes al jueves toda la actividad de tarde en los quirófanos a raíz de la situación epidemiológica.
Con las UCI casi en colapso, y ya inmersos en una cuarta ola de la pandemia, el próximo miércoles comenzarán dos semanas clave para ver la afectación real de la relajación de las medidas de Semana Santa y para saber la virulencia con la que entra en Cataluña esta nueva oleada.
Si en el peor de los escenarios, el ritmo de ingresos de críticos se acelera en los próximos días, se podrían rozar cifras de más de 700 hospitalizados muy graves, que no se dan en los centros sanitarios de la comunidad desde el mes de febrero.
Así las cosas, los principales indicadores Covid no dan este lunes lugar a la esperanza a corto plazo, con la velocidad de propagación del virus o Rt por encima de 1 e instalada en 1,03 (12 centésimas más que el domingo). Este dato indica que cada 100 infectados contagian a 103 personas.
Por otro lado, la cifra de pacientes hospitalizados en planta con la enfermedad es este lunes de 1.723 personas, una docena más. Y también inquieta el riesgo de rebrote o EPG, que mide el crecimiento potencial de la epidemia, y que se enfila hasta los 257 puntos. La ciudad de Barcelona cuenta con un EPG algo por debajo (en 246) y con una velocidad de reproducción de 1,02.
A pesar de que la vacunación de la población incide en una disminución de las cifras de mortalidad, con 1.307.906 personas inoculadas desde el inicio de la campaña, las muertes han repuntado en los últimos días en Cataluña. La semana pasada se registraron 151 fallecimientos por la infección y en las últimas 24 horas se añadieron 13 más. Ya han muerto un total de 21.552 personas desde el inicio de la crisis sanitaria.
Fiestas y botellones ilegales en domicilios
El conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha avisado este lunes de un preocupante aumento de las fiestas y botellones ilegales en el interior de casas particulares en los últimos días que coinciden en el tiempo con el inicio de la cuarta ola. Ha subrayado que «los contagios que pueda haber en estas fiestas se trasladan después a las viviendas de cada uno de los participantes en ellas, donde se puede encontrar algún familiar de edad avanzada».
Sàmper ha remarcado que el control policial de estas fiestas no permitidas es difícil al no tratarse de delitos sino de sanciones administrativas. De hecho, los agentes suelen parar, identificar y sancionar a los participantes en las mismas cuando salen del lugar.
La Guàrdia Urbana desalojó el sábado a 70 personas en un local del Poblenou. El domingo intervino en otro local de Les Corts con 29 personas que celebraban un cumpleaños. Tres policías locales y dos agentes de los Mossos resultaron heridos en la madrugada del lunes al desmantelar una fiesta ilegal en Sant Joan de Vilatorrada. Hubo tres arrestados por atentar contra la autoridad.
¿Futuro confinamiento por áreas sanitarias?
Dado el empeoramiento de los datos, el Govern no relajará –más bien al contrario– las medidas restrictivas en vigor hasta el próximo 19 de abril, la más destacada de las cuales es el retorno al confinamiento comarcal desde el viernes pasado. Atendiendo a la petición de Barcelona y de otros municipios metropolitanos, el Procicat estudia y podría aprobar un encierro por regiones sanitarias (como en junio de 2020)o por veguerías.
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