Sí quiero. Eso es lo que habrán dichos muchos novios y novias al llegar a Zarandona (6.753 habitantes). Y es que este pueblo es el más concurrido de la Región a la hora de apostar por un traje de boda o comunión. En la calle principal, José Alegría, se aglutinan decenas de tiendas de ceremonia, peluquerías y fotógrafos. Estamos en la pedanía de los prometidos.

«Casi el 80% de la gente del pueblo se dedica al negocio de las bodas. Aquí no sólo vienen compradores de Murcia, también de Albacete, Alicante, Granada e incluso de Barcelona. Somos también fabricantes», explica Pilar Martínez.

Tomás Caballero regenta otra tienda de ceremonias, en este caso dedicada a los hombres. «Es el negocio de la pedanía. Además, Miguel Induráin nos va a venir bien porque va a desviar el tráfico del pueblo y va a dejar que vengan sólo los novios».

La avenida está a punto de caramelo, y la mayoría de la gente del pueblo cree que les va a beneficiar. «Le va a dar vida a Zarandona, aunque el pueblo los sábados por la tarde está muy animado. Es un desfile de modelos», comenta sonriente Federico Orenes.

Las alcantarillas y el bus

Sin embargo, los dos problemas principales que tiene la pedanía son, según sus vecinos, los desagües y el autobús. «El transporte es muy malo. Pasa un bus cada hora y los fines de semana no hay servicio. Y eso que estamos al lado de Murcia», cuenta Rosalía López, dueña de la tienda Dakota.

Con ella coinciden María José Ruipérez y Cristina Bullas. «El autobús funciona fatal. Además, falta limpieza en algunas calles. Se esmeran con la principal y abandonan las demás», asegura María José mientras sus hijas juegan en el parque de la iglesia, que está de obras.

Las alcantarillas es el otro gran problema. «Cuando llueve se llena todo de agua», dice Rosalía. «No desaguan bien y muchos comercios se inundan», explica Vanessa Pujante, otra de las dependientas de una tienda de novias.