Tensión, lanzamiento de piedras, cargas policiales y al menos 35 heridos en el acto de Vox en la 'Plaza Roja' de Vallecas

Unos manifestantes golpean a un policía en el acto de Vox en Vallecas.
Unos manifestantes golpean a un policía en el acto de Vox en Vallecas.
EFE
Unos manifestantes golpean a un policía en el acto de Vox en Vallecas.
Apenas unos metros y un cordón policial separan a los dos bandos. A un lado los seguidores de Vox, al otro los llamados grupos antifascistas. Gritos e insultos entre ambos. La tensión va creciendo y estalla cuando Santiago Abascal sube al estrado. A partir de ahí empiezan los altercados. La policía carga contra los antifascistas que han lanzado piedras y palos a los agentes y a los asistentes al acto de Vox. Tras los primeros enfrentamientos un policía y un manifestante están heridos. Los violentos siguen lanzando piedras y la policía vuelve a cargar y se producen detenciones. Los agentes cargan sólo contra un grupo violento de los que protestan contra Vox. Otros mantienen su concentración pacífica mientras los dirigentes de Vox siguen con sus discursos. Santiago Abascal enseña las piedras que les han lanzado y aprovecha para arremeter contra el gobierno. El acto termina, las cargas cesan, pero casi nadie se mueve de la plaza. Ni a un lado ni al otro, separados por la policía.

El acto electoral de Vox que celebró este miércoles en la plaza de la Constitución de Vallecas, popularmente conocida como 'Plaza Roja' de Vallecas, estuvo marcado por los incidentes. El amplio dispositivo de antidisturbios de la Policía Nacional, que estaba desplegada en la zona con más de tres horas de antelación, no evitó los enfrentamientos entre simpatizantes y detractores de la formación, que en ambos casos se contaban por cientos. La presentación de la candidatura de Vox a las elecciones del 4-M quedó marcada por el lanzamiento de objetos contra los asistentes al mitin y varias cargas policiales, que al menos dejó 35 heridos -una veintena de ellos agentes de la Polícia- y cuatro detenidos (tres menores).

El líder nacional de Vox, Santiago Abascal, y la cabeza de lista a los comicios madrileños, Rocío Monasterio, llegaron a la 'Plaza Roja' pocos minutos después de la hora de inicio prevista, y lo hicieron escoltados por la Policía Nacional, porque la plaza ya estaba abarrotada, tanto de simpatizantes como de críticos, que les recibieron con silbidos, abucheos y gritos como 'fuera fascistas de nuestros barrios' y 'aquí están los antifascistas'. Muchos de los manifestantes eran jóvenes, pero no solo: también había personas mayores y prácticamente de todas las edades.

La plaza se había ido llenando tanto de detractores como asistentes al acto electoral  desde una hora y media antes, más o menos. Hasta entonces, el lugar era un parque más de Madrid en una tarde soleada de abril: niños jugando al balón o en los columpios, mayores sentados al sol o paseando... lo único que delataba que se trataba de una jornada excepcional era la cantidad de policías desplegados en la zona y, también, las decenas de periodistas, cámaras y fotógrafos que iban llegando hasta el punto en el que había convocado Vox.

La normalidad se rompió a eso de las 18.00 horas. A esa hora, la Policía Nacional tuvo que escoltar a Bertrand Ndongo, extrabajador de comunicación en el grupo de Vox de la Asamblea de Madrid, y otros asistentes a su llegada a la plaza. Decenas de personas contrarias a la celebración del acto les rodearon e increparon, mientras algunos padres con niños dejaban el parque a toda prisa. Ndongo y sus acompañantes, después de unos minutos de incidentes, consiguieron llegar hasta la zona en la que la organización estaba ya armando una tarima, un atril y el sistema de sonido para el acto.

El despliegue de estos elementos excedería la autorización otorgada por la Delegación del Gobierno en Madrid para el acto. De acuerdo con fuentes de este organismo consultadas por 20minutos, el permiso no incluía ningún tipo de instalación, sino que se limitaba a dar el visto bueno a una concentración "de unas 50 personas". La ocupación del espacio público con cualquier mobiliario debería tener el visto bueno del Ayuntamiento, agregaron, algo que este martes denegó la Junta Municipal de Puente de Vallecas alegando que la petición de Vox había llegado sin tiempo para analizarla.

Ortega Smith: "El cinturón rojo se va a convertir en verde"

Tras el primer encontronazo entre parte de los manifestantes y algunos de los simpatizantes de la formación de Abascal, los antidisturbios formaron un cordón de seguridad alrededor del punto en el que se estaba montando el escenario. A un lado, los afiliados y miembros de Vox; al otro, los críticos con su presencia en Vallecas, que coincidían en señalar que la organización de este acto en la 'Plaza Roja' era "una provocación". Los insultos volaban en una y otra dirección. 

Ambos grupos de personas, tan numerosos que en algunos casos no hay la distancia de seguridad de al menos 1,5 metros aunque el uso de mascarillas sí era generalizado, se intercambiaron insultos de todo calibre. A las pancartas de los jóvenes antifascistas respondieron un grupo de simpatizantes con carteles en los que se podía leer el lema 'Barrios seguros'. 

La tarde avanzaba y seguían llegando invitados al acto: los diputados Javier Ortega Smith y Macarena Olona llegaron escoltados. Ella, bajo un paraguas con la bandera de España. Su irrupción en la plaza generó los primeros lanzamientos de objetos: alguna botella de plástico, varios huevos... pero pudieron abrirse camino y llegar a la zona central de la plaza. "El cinturón rojo se va a convertir en verde", dijo desde allí Ortega Smith, que añadió que la situación que se vivía en la plaza era "vergonzosa" y atentaba contra los "principios democráticos".

Javier Ortega Smith, ha llegado a Vallecas escoltado por la Policía, entre un amplio dispositivo de seguridad, ya que a la misma hora del acto de presentación del programa de Vox en Vallecas, se había convocado una protesta en contra de la ultraderecha. Smith, visiblemente enfadado por la tensión que se estaba viviendo, ha asegurado que la mayoría de los manifestantes son “gentuza” que “ni estudia, ni trabaja, ni se les espera”.

Pocos minutos después de las 19.30 horas llegaban al lugar Abascal y Monasterio. "Los barrios también son nuestros, las calles también son nuestras y Vallecas también es nuestra". Estas fueron las primeras palabras del presidente del partido desde el atril. Poco después de empezar su discurso, se bajó de la tarima y se acercó a uno de los laterales de la plaza, al flanco en el que se concentraban los antifascistas. Se generó un gran revuelo que la Policía Nacional trató de contener y comenzaron los lanzamientos de objetos: piedras, trozos de adoquines, botellas de plástico y de cristal y hasta un palo de madera. "Dieciocho pasos hemos tenido que dar hasta acercarnos a esos miserables", dijo Abascal de vuelta al micrófono. "Una botella me ha golpeado en la cara. Esto es lo que ha conseguido Sánchez", agregó. 

Abascal responsabilizó al presidente del Gobierno, a Pablo Iglesias y, especialmente, al ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, de la concentración de cientos de personas para boicotear el acto de su partido. Desde el centro de la plaza mostró dos piedras que habían sido lanzadas contra los asistentes al acto y llegó a pedir al responsable del dispositivo policial que se acercara a por ellas para verlas y le solicitó que alejara a todas las personas que estaban lanzando objetos. Aseguró que no iba a continuar hasta que esto no se produjera.

El discurso cesó y la policía comenzó a alejar a los manifestantes antifascistas. Se produjeron algunas cargas, más lanzamiento de objetos contra los agentes, salvas para dispersar a los violentos... Los antidisturbios les alejaron y aumentaron el círculo de seguridad, lo que también provocó que un grupo de manifestantes que solo permanecía gritando proclamas fuera desalojado. 

Los críticos no llegaron a volver a ponerse en este flanco de la plaza, cuya apariencia contrastaba con el lado opuesto: decenas de personas se mantenían en el lugar que estaban ocupando desde el principio y donde permanecieron hasta que finalizó el acto, exclusivamente silbando, abucheando y profiriendo gritos contra los políticos de la formación y sus simpatizantes

Un policía y un diputado de Vox, trasladados al hospital

Los de Abascal tenían permiso para estar concentrados en la 'Plaza Roja' hasta las 20.30 horas, y con puntualidad, dieron el mitin por concluido a esa hora. Desde el micrófono, la organización apeló a sus simpatizantes a abandonar la plaza por el pasillo habilitado por la Policía Nacional. Tanto los líderes de la formación como el resto de asistentes abandonaran la plaza escoltados y entre gritos y abucheos, como había venido sucediendo durante todo el acto. 

El dispositivo policial fue tan amplio que incluso contó con el auxilio del helicóptero de la Policía Nacional y se llegaron a establecer controles en varios puntos aledaños a la plaza, como en la avenida de Pablo Neruda, una de las arterias principales de Vallecas que llegó a cortarse al tráfico.

Tras conocer los incidentes que se habían producido en Vallecas, PP, Cs y PSOE han condenado la violencia que rodeó el acto de Vox, mientras que Pablo Iglesias aseguró que la formación había ido a Vallecas a "provocar violencia" y opinó que las imágenes de ello eran "inequívocas".

Separados unos pasos... pero en las antípodas ideológicas

"Me parece muy extraño que se celebre aquí el acto de presentación de campaña de Vox. Me parece una provocación y creo que como no estaban consiguiendo ninguna visibilidad han venido a este barrio porque saben que generan mucho rechazo y querían publicidad de esta manera", señaló a 20minutos Marta, una mujer de 46 años que se manifestaba contra la presencia de la formación tras una pancarta que rezaba 'Vallekas para todas, Vallekas antifa'.

"Están prácticamente solos, rodeados por el barrio entero, que les está diciendo que pensamos que son unos ladrones y que sabemos que si ganan van a desmontar todo el patrimonio colectivo: la sanidad pública, la educación pública...", agregó esta vecina de Vallecas.

A solo unos pasos físicamente, pero muy distante ideológicamente, se encontraba Radu, afiliado de Vox de 50 años. Este hombre se acercó a Ortega-Smith a su llegada a la plaza para decirle que los inmigrantes "están con Vox". "He venido porque creo que este acto es necesario. Las protestas son un asco... me parecen una dictadura, peor que en los tiempo de Ceausescu y Elena", dijo en referencia al dictador rumano y su mujer. "Ni siquiera ellos tenían esta desfachatez. ¿Para qué están aquí? ¿Para pegarnos?", se preguntó. 

Minutos antes de las 21.00 horas, Abascal, Monasterio y el resto de dirigentes de Vox abandonaron la 'Plaza Roja' de Vallecas en una caravana de coches de la misma forma en la que llegaron: entre gritos, insultos y escoltados por la Policía

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