En una operación conjunta entre las autoridades españolas y rumanas, han sido liberadas 16 víctimas de explotación sexual a las que sus proxenetas calificaban como cajas registradoras de su propiedad. Así, se ha arrestado a nueve integrantes de esta red criminal dedicada a la trata de seres humanos que operaba en España, Rumanía y Reino Unido, donde las forzaban al consumo de estupefacientes y a ejercer la prostitución.
La investigación policial, dividida en dos fases, se ha desarrollado en el ámbito de EUROJUST y en virtud de los canales de cooperación internacional judicial existentes. La primera parte comenzó en Santa Cruz de Tenerife, donde se estableció el origen de la principal actividad delictiva y se liberaron a las víctimas de explotación sexual, además de realizar todas las entradas y registros. Mientras que en la segunda se llevaron a cabo las detenciones relativas a las Órdenes Europeas de Detención y Entrega.
El operativo se inició cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una organización criminal, afincada en Tenerife, que se encontraba perfectamente estructurada y que operaba entre España, Rumanía y Reino Unido. Sus integrantes controlaban la actividad delictiva relativa a la prostitución en esta zona de España, especialmente en la zona sur de la isla, concretamente en las localidades de Arona y Adeje.
La investigación culminó en España con cuatro víctimas liberadas y tres detenidos a los que les constaba una Orden Europea de Detención y Entrega por los delitos de Trata de Seres Humanos, relativos a la prostitución y pertenencia a organización criminal.
Además, se han efectuado seis entradas y registros a cuatro en domicilios de las localidades tinerfeñas de Adeje y Arona, otro en un club de Arona y uno más en un domicilio en el distrito de Tetuán de Madrid, en los que se han intervenido varios dispositivos de telefonía móvil de gama media y alta, documentación relacionada con la investigación y más de 17.000 euros en efectivo.
Por su parte, en Rumanía se llevó a cabo un dispositivo en el que colaboraron dos policías nacionales y se liberó a doce víctimas. Asimismo se efectuaron seis detenciones.
Víctimas como mercancía
Las víctimas, de nacionalidad rumana, eran trasladadas en avión de Rumanía a Tenerife, y una vez allí viajaban en coches pertenecientes a los miembros de la organización hasta las localidades de Adeje y Arona. Asimismo, y desde España, se las trasladaba de forma habitual a Londres (Reino Unido) vía aérea. En todos estos lugares se les obligaba a ejercer la prostitución en clubes de alterne o en pisos.
Los miembros de esta organización criminal controlaban a sus víctimas forzándolas a consumir sustancias estupefacientes, sobre todo cocaína, muchas veces facilitadas por los propios proxenetas, todo ello con la finalidad de anular su voluntad y ser más rentables para el negocio. Las mujeres eran tratadas como mercancía sexual, consideradas propiedad del líder y calificadas como cajas registradoras. Sufrían constantes vejaciones, amenazas, tanto a ellas como sus familiares, y agresiones físicas por parte de sus explotadores.
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