Los vizcaínos se lanzan a buscar sus antepasados

  • Desde que se pueden hacer a través de Internet, se disparan las consultas genealógicas al Archivo Diocesano, donde se conservan más de 2 millones de actas sacramentales.
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Una archivera examina un libro de bautismo.
Una archivera examina un libro de bautismo.
Una archivera examina un libro de bautismo.

Francisco, sin más información que su nombre de pila, es el primer vizcaíno inscrito en un acta sacramental de la Diócesis de Bilbao. Fue bautizado, dice el manuscrito, en la parroquia de San Vicente Mártir de Arbazegi (Munitibar) el 20 de abril del año 1500.

El siguiente fue Andrés de Goya, éste sí, "hijo de Sancho y Cathalina", y bautizado el 2 de febrero de 1.501 en Amoroto.

Más de 500 años después, miles de vizcaínos se lanzan a conocer su pasado a través de los libros de bautismo, matrimonio y defunción recogidos por las parroquias vizcaínas a lo largo de los siglos.

Y hay donde buscar. El Archivo Eclesiástico vizcaíno, en el antiguo Seminario de Derio, conserva con celo casi la totalidad de los libros parroquiales de la diócesis. Más de 7.000 volúmenes que recogen centenares de miles de registros: 2.180.317 para ser exactos.

La inmensa mayoría de estas actas, las comprendidas entre los años 1500 y 1900, ya están digitalizadas y volcadas en Internet, lo que ha facilitado, sin duda, la búsqueda de los antepasados.

Hasta hace muy pocos años, de hecho, elaborar el árbol genealógico era una ardua labor que obligaba a ir de libro en libro, de parroquia en parroquia para, con suerte, retroceder en el tiempo algunos siglos, explica Elena Cortázar, trabajadora en el Archivo. Nada que ver con la facilidad actual.

Finalizada en febrero

La digitalización de todas estas actas, finalizada el pasado febrero, ha disparado las búsquedas: entre 1976, cuando se empezaron a reunir los libros parroquiales en el archivo diocesano, hasta 2004, cuando se empezó el proceso de informatización, las solicitudes de actas habían sido en torno a las 4.500. A partir de esa fecha y hasta 2009, esas solicitudes son más del doble, 12.436, y la inmensa mayoría, más de 10.700 para la investigación genealógica.

La consulta on line es sencilla. Basta con entrar en www.aheb-beha.org y rellenar los campos de búsqueda que se conocen: nombre, apellido, lugar de bautizo... Pero hay veces que faltan datos. "Es cuando hay que venir aquí", dice Cortázar. Por ello, todos los archivos están fotografiados digitalmente y se pueden consultar en microfilminas. Sólo en casos excepcionales se puede tener acceso al original.

LAS IGLESIAS, EL REGISTRO OFICIAL PARA ANTES DE 1872

El Concilio de Trento, en 1545, obligó a todas las parroquias a elaborar un registro de los bautismos, matrimonios y defunciones. En Vizcaya, sin embargo, muchos párrocos ya habían decidido, años antes, anotar esas actas.

Es lo que hace que el Archivo Histórico Eclesiástico conserve ejemplares de hasta 1500. De no ser por estos libros parroquiales, de hecho, sería imposible conocer la ascendencia de nadie. Tal es así, que hasta 1872, cuando se pusieron en marcha los registros civiles, los libros sacramentales tienen carácter de registro complemente legal.

Incluso, en ayuntamientos como Zierbena, donde se quemó el Registro Civil posteriormente, los libros sacramentales tienen ese valor durante más años.

Ahora, acuerdos sucesivos con el Gobierno vasco, han permitido informatizar todos esos documentos, de manera que cualquiera puede tener acceso rápido, fácil y gratuito.

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