La tercera noche de violencia en Irlanda del Norte deja policías heridos por bombas de gasolina y ladrillos

Un vehículo policial pasa junto al mobiliario urbano quemado en los disturbios en Newtownabbey, al norte de Belfast.
Un vehículo policial pasa junto al mobiliario urbano quemado en los disturbios en Newtownabbey, al norte de Belfast.
Peter Morrison/EP
Un vehículo policial pasa junto al mobiliario urbano quemado en los disturbios en Newtownabbey, al norte de Belfast.

La tercera noche consecutiva en la que se registra violencia en diferentes puntos de la geografía de Irlanda del Norte ha dejado a agentes heridos tras ser atacados por los manifestantes con bombas de gasolina y ladrillos.

Durante la noche del domingo ha estallado de nuevo la violencia en Newtownabbey y Carrickfergus, en el condado de Antrim, al norte de Belfast. 

Tres coches han sido secuestrados e incendiados cuando el grupo de unas 20 o 30 personas protagonizó el "ataque orquestado", que ha tenido lugar entre las 19.30 y las 22.30 horas (hora local). En un comunicado, la Policía norirlandesa ha concretado que se han lanzado 30 bombas de gasolina contra las fuerzas de seguridad.

Tras los incidentes, un hombre de 47 años fue arrestado y actualmente "permanece bajo custodia policial".

Esta situación se da después de que el viernes resultaran heridos al menos 27 agentes de Policía en Belfast y Londonderry, recuerda Sky News. Siete personas han sido acusadas después de los disturbios en el área de Sandy Row de Belfast el viernes, con cuatro adultos, tres hombres de 25, 21 y 18 años, y una mujer de 19, acusados de disturbios.

Las tensiones han crecido en los últimos meses en la región por los acuerdos comerciales que se han adoptado tras el 'Brexit' (salida del Reino Unido de la UE), una situación tensa que se ha visto agravada por otra polémica cuando la semana pasada la Policía decidió no procesar a 24 políticos del Sinn Fein por asistir a un funeral, violando las medidas establecidas por el Gobierno para tratar de controlar la pandemia.

El protocolo de Irlanda siempre ha sido uno de los asuntos más complejos del acuerdo del brexit, y lo sigue siendo. El objetivo era claro: que no hubiera frontera física entre las dos Irlandas. Además, para conseguir esa estabilidad Irlanda del Norte quedaría dentro del mercado único. Pese a esa ausencia teórica de trabas, los problemas han existido desde el momento en el que entró en vigor el acuerdo comercial del brexit, el pasado 1 de enero.

El último movimiento polémico lo ha protagonizado Boris Johnson. El primer ministro británico ha decidido de manera unilateral extender hasta octubre el periodo de gracia para que no haya controles burocráticos en la frontera entre las dos Irlandas. El acuerdo del brexit refleja que esa transición acaba en abril de 2021 y el Gobierno tory ha decidido ampliarlo hasta octubre sin ningún tipo de negociación con la Unión Europea.

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