La Generalitat proyecta la construcción de una nueva autopista de peaje para 2013 que discurra en paralelo al AVE entre Alicante y Caudete (Albacete) y permita, asimismo, descongestionar la autovía A-31 que va a Madrid y que soporta una gran densidad de tráfico diario.

Esta nueva autopista tendrá unos 70 kilómetros de largo y contará con un ramal que irá por Crevillente y la Vega Baja, que aumentaría la distancia de la vía hasta los 94 kilómetros de largo.

Al viajero, el trayecto completo le costará poco más de tres euros y el tiempo normal del itinerario se prevé reducir «en un cuarto de hora», según han apuntado fuentes del Consell.

Según las previsiones oficiales, casi 10.000 vehículos optarían diariamente por circular por el peaje entre Alicante y Caudete, el 20% de los que van por la A-31; si se incluye el ramal a la Vega Baja, esta cantidad se incrementaría hasta los 28.000 vehículos.

Esta vía conectaría con la AP-7 (de pago), la A-7 y en Caudete con la futura A-33, que unirá la Font de la Figuera (Valencia) con Yecla (Murcia). Su ejecución es prioritaria para la Conselleria de Infraestructuras, ya que el tráfico por la A-31 «aumenta un 4% cada año».

Ahorro de combustible

El uso de la nueva autopista se reflejaría «en una mejora del medio ambiente», según las mismas fuentes, ya que «se podría ahorrar 25 millones de euros en combustible o en la emisión de 41 toneladas de dióxido de carbono».

Fuentes del Consell estimaron que el coste de estas obras podría oscilar entre los 309 y 484 millones de euros. La hipótesis de partida que baraja este estudio plantea la explotación de la vía en régimen de peaje con un plazo de concesión de 40 años.

Desde la Generalitat se confía en que las empresas se interesen por esta iniciativa y no se descarta que pronto comiencen las expropiaciones.

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