Los expertos explican por qué no deberías beber alcohol antes ni después de la vacuna

Personal sanitario prepara una vacuna contra el coronavirus en el centro de vacunación UB Raval de Barcelona.
Personal sanitario prepara una vacuna contra el coronavirus en el centro de vacunación UB Raval de Barcelona.
Quique Garcia / EFE
Personal sanitario prepara una vacuna contra el coronavirus en el centro de vacunación UB Raval de Barcelona.

Cada vez existen más evidencias científicas de que el consumo de alcohol afecta al funcionamiento del sistema inmunitario, de ahí que diversos expertos en inmunología recomienden a aquellos que hayan recibido o vayan a recibir la vacuna contra el coronavirus que se abstengan de tomar bebidas alcohólicas.

Así lo ponía de manifiesto la doctora Ronx Ikharia, especialista en medicina de emergencia, en un documental de la BBC titulado La verdad acerca de fortalecer tu sistema inmunitario (The Truth About Boosting Your Immune System). La investigadora realizó un experimento consigo misma para comprobar cómo el alcohol reducía la inmunidad. Para ello, se tomó una muestra de sangre antes y después de beber tres vasos de vino prosecco.

Tras analizar ambas muestras de sangre, Ikharia descubrió que la cantidad de alcohol que había consumido era suficiente para reducir a la mitad los niveles de linfocitos blancos en la sangre, unas células fundamentales para luchar contra los virus que entran en el organismo. "La evidencia es clara: bebe demasiado alcohol y tu sistema inmunitario sufrirá", indica en dicho documental.

De la misma opinión es Sheena Cruickshank, profesora e inmunóloga de la Universidad de Manchester: "Para que haya una buena respuesta a la vacuna necesitas que tu sistema inmunológico funcione al máximo, así que si bebes la noche anterior o poco después, eso no va a ayudar", apunta en este documental y recoge en un artículo de la edición británica del HuffPost.

La experta rusa Anna Popova, una de las autoridades sanitarias más respetadas en ese país, acaparó titulares de prensa el pasado mes de diciembre cuando sugirió que las personas debían abstenerse de beber alcohol al menos dos semanas antes de recibir la primera dosis de la vacuna, y que debían continuar así durante otros 42 días más. Alexander Gintsburg, creador de la vacuna Sputnik, matizó posteriormente estas palabras al rebajar hasta los tres días antes y después de recibir las dos dosis.

"Teniendo en cuenta que el alcohol debilita la respuesta inmune, la opción más segura es no tomar ninguna bebida alcohólica los días anteriores y posteriores a la vacuna, aunque necesitamos más investigación para saber de cuánto tiempo estamos hablando exactamente", indica en declaraciones a HuffPost el doctor Tony Rao, experto en alcohol y demencia en la Universidad King’s College de Londres.

Sobre los efectos adversos del alcohol en el sistema inmunitario ha hablado también la doctora en Inmunología Jenna Macciochi en su libro Immunity: The Science Of Staying Well

Según Macciochi, "las personas que beben demasiado alcohol tienden a padecer más enfermedades infecciosas, tardan más en recuperarse y sufren más complicaciones después de cualquier cirugía".

Asimismo, "la ingesta excesiva de alcohol también puede afectar a los órganos que regulan la inmunidad, como el hígado, que produce proteínas antibacterianas o la médula ósea, que producen nuevas células inmunitarias", apunta.

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