Alrededor de 200 sacerdotes participan en la primera misa crismal del arzobispo monseñor Escribano

La primera misa crismal en Zaragoza del arzobispo monseñor Carlos Escribano ha congregado en torno a 200 sacerdotes. Junto al metropolitano, han concelebrado otros tres arzobispos, dos de ellos los eméritos de Zaragoza, los monseñores Manuel Ureña y Vicente Jiménez, así como tres obispos eméritos, junto a laicos y consagrados, cumpliendo el aforo de la Basílica del Pilar del 50 por ciento.
Alrededor de 200 sacerdotes participan en la primera misa crismal del arzobispo monseñor Escribano
Alrededor de 200 sacerdotes participan en la primera misa crismal del Arzobispo de Zaragoza.
ARZOBISPADO DE ZARAGOZA
Alrededor de 200 sacerdotes participan en la primera misa crismal del arzobispo monseñor Escribano

En su homilía, monseñor Escribano ha dado gracias a Dios por poder volver a celebrar públicamente la misa crismal y hacerlo con los sacerdotes del presbiterio al que pertenecía cuando fue elegido obispo, ha informado la Delegación de Medios de Comunicación Social de la Diócesis de Zaragoza en una nota de prensa.

Monseñor Escribano ha teñido palabras de consuelo y compromiso para las víctimas de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, para quienes han sufrido las consecuencias de la enfermedad y también en el ámbito laboral.

El arzobispo ha centrado su homilía en la figura de San José, "protector de las vocaciones de los jóvenes y también de las nuestras, sacerdotes", ha apelado a la "fraternidad" y ha invitado con palabras del papa Francisco "a conocer y curar las heridas de nuestros parroquianos".

Monseñor Escribano ha pedido a los sacerdotes "ser fieles y no sacerdotes a tiempo parcial", seguir el ejemplo de San José, "obediente, renovando siempre el sí, en un momento en que la evangelización se presenta difícil, pero apasionante".

También ha animado a pedir el don de la ilusión, "para llevar a cada rincón de la diócesis, con creatividad, la alegría del Evangelio", invitando a los sacerdotes a ser testigos de fe y esperanza, fuente de caridad, en el trabajo callado y constante.

ÓLEOS

Tras la homilía, ha tenido lugar la renovación de las promesas sacerdotales y la bendición de los óleos de catecúmenos y enfermos, así como la consagración del crisma.

Para la confección de los santos óleos, se ha utilizado aceite del Bajo Aragón, donado por la cooperativa Virgen de los Pueyos de Alcañiz, que acaba de cumplir sus 75 años de existencia.

Desde la Delegación de Medios de Comunicación Social de la Diócesis han precisado que los santos óleos son tres: el santo crisma usado para ordenaciones, confirmaciones, bautizos y consagraciones de altares e iglesias; el óleo de los catecúmenos, usado para ungir a los que están preparándose para el bautismo y el óleo de los enfermos, usado en el sacramento de la unción de los enfermos.

Los santos óleos se bendicen y consagran cada año en la misa crismal que se celebra en la catedral de la diócesis en la mañana de Jueves Santo o en algún día cercano. En Zaragoza, tiene lugar el Miércoles Santo para que puedan participar todos los sacerdotes, incluidos los de las zonas más alejadas de la archidiócesis.

Tras la misa crismal, se da paso a la celebración del Triduo Pascual de la Muerte, Sepultura y Resurrección de Jesucristo propias de la Semana Santa.

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