La familia Kurich se refugió en España en diciembre de 1992 huyendo de un Sarajevo en guerra en tierras de la antigua Yugoslavia, por su profundo desacuerdo con los dos bandos implicados en la guerra y el clima de extremismo que se respiraba en el territorio.

Ya en nuestro país, fundan el Teatre de la Resistència, compañía con la que hasta ahora han producido más de treinta espectáculos inmersos en dos culturas distintas, y en diversas lenguas, con la sensación de haber vivido dos vidas llenas en una sola.

Han pasado veintinueve años desde su primer espectáculo a España 'Opus Primum', desde el cual no han vuelto a tocar el tema de la guerra en sus espectáculos, y han realizado teatro clásico y contemporáneo en todas sus vertientes.

La decisión de no realizar más teatro sobre el tema de la guerra fue, por una parte, porque habían tomado otro camino en otro país y, por otra, por no desarrollar toda su carrera alrededor de este tema como les pasa muchas veces a los artistas que provienen de zonas en conflicto.

Querían dejar la guerra atrás para no sentirse encadenados a su nefasta existencia, y de esta forma curarse de las heridas. El arte teatral y la buena gente alrededor les han ayudado a superar el dolor y la rabia.

No obstante, viendo los conflictos armados en lugares como Siria, Libia o Irak, pensaron que en todos ellos existen personas que se oponen al enfrentamiento y, sobre todo, al odio feroz que mana y se aviva entre etnias o religiones.

Estas personas se ven obligadas a desplazarse, a buscar un clima mejor para poder restablecer sus vidas, aunque eso signifique desarraigarse y buscar un nuevo hogar. Justamente lo que los pasó a los miembros del Teatre de la Resistència. Y se preguntaron: ¿Hay algo que podríamos comunicar al mundo con la tremenda experiencia que nos ha tocado vivir y superar? ¿Qué diríamos a estas personas hoy, después de tantos años? 'Grad' es el espectáculo que responde a estas preguntas.