El origen del alzhéimer podría estar en el interior de la boca

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Un nuevo estudio señala que una mala salud bucal podría provocar Alzhéimer
VATECHSPAIN, WIKIPEDIA
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En los últimos años, algunos estudios han señalado una hipótesis poco conocida sobre el origen del alzhéimer: esta dolencia no sería solo una enfermedad, sino que procedería de una infecciónEl fracaso de las diferentes terapias que se están probando contra la acumulación de amiloide que se produce en el cerebro de los pacientes está llevando a la comunidad científica a buscar hipótesis alternativas.

Una de esas hipótesis se basa en que el alzhéimer podría venir derivado de algún tipo de infección crónica que produzca efectos en el cerebro a largo plazo, lo que encajaría con el hecho de que las alteraciones se den incluso veinte años antes de que los síntomas comiencen a manifestarse. Situándose en este sentido los problemas bucales entre los más habituales, la boca se atisba como un posible foco.

En 2019, un estudio recogido en la revista científica Science Advances reforzó la teoría al establecer que el alzhéimer podría estar relacionado con la periodontitis crónica. Joan Potempa, microbiólogo en la Universidad de Louisville, descubrió que la bacteria porphyromonas gingivalis estaba presente en el cerebro de pacientes fallecidos por la enfermedad. Se llevaron a cabo experimentos con ratones a los que provocaron infecciones bucales con el patógeno que llegó al cerebro y produjo el péptido beta amiloide (Aβ).

El equipo de investigación identificó además unas enzimas tóxicas llamadas gingipainas segregadas por la bacteria en el cerebro de los enfermos y que producen lesiones parecidas al alzhéimer. Esas toxinas también fueron encontradas en personas fallecidas que nunca fueron diagnosticadas de esta enfermedad neurodegenerativa, un hecho importante que podría sugerir que podrían haberla desarrollado si hubieran vivido más tiempo.

Tras todos estos hallazgos, el estudio desarrolló un inhibidor de la gingipaina, cuyos ensayos clínicos comenzaron a finales de 2019, después de la publicación del artículo. “En los modelos experimentales funcionó. La sustancia inhibía la gingipaina y las neuronas no se dañaban, incluso se recuperaban. Entonces sus responsables pensaron que podía ser una terapia efectiva pero hace pocas semanas hemos sabido que el ensayo se ha tenido que interrumpir porque la sustancia puede tener efecto hepatotóxico. Ha sido un varapalo”, afirma el doctor David Pérez Martínez, jefe del Servicio de Neurología del Hospital 12 de Octubre de Madrid.

Pese al golpe, el doctor Pérez Martínez no cierra la puerta a la esperanza: "No quiere decir que el modelo sea erróneo. Esto va a suponer un retraso importante pero el ensayo estaba previsto que finalizase entre 2021 y 2022. Queda tiempo. Tendrán que desarrollar una nueva molécula que tenga la propiedad de inhibir la toxina y que no tenga efectos adversos importantes". 

"Sabemos muchos 'cómos' sobre el alzhéimer pero pocos 'porqués'"

¿Qué supuso el estudio de Joan Potempa y su equipo? El problema del alzhéimer es que no sabemos cuál es su causa inicial y hay abiertas diferentes hipótesis. Una de ellas es que puede tener su inicio en algún tipo de infección crónica y los modelos más habituales son problemas en el tubo intestinal o en la cavidad bucal, entre ellas la periodontitis y las caries. Desde hace unos diez años sabemos por estudios epidemiológicos que la gente que tiene periodontitis crónica tiene más riesgo de demencias. Es verdad que tan solo tenemos datos indirectos pero aquel estudio sí supuso un impacto para toda la comunidad científica porque daba pruebas de que podía haber un mecanismo que uniese esa infección y el alzhéimer. 

david pérez martínez

  • El doctor Pérez Martínez es jefe del Servicio de Neurología del Hospital 12 de Octubre y del Hospital La Luz. Además preside la Asociación de Neurólogos de Madrid y es miembro del Patronato de la Fundación Alzhéimer España.

Pese al revés con el inhibidor de la gingipaina, ¿es una vía en la que se seguirá trabajando? Exacto. Teníamos mucha esperanza en ello, incluso nuestro centro iba a participar en el ensayo. Es una línea terapéutica completamente nueva, antibacteriana, y las evidencias están ahí. Es una investigación abierta y esperanzadora.

¿Qué el alzhéimer pudiera provenir de una bacteria de la boca implica que sería más prevenible de lo que se pensaba? Es una afirmación que no deja de ser una hipótesis. En este momento no lo sabemos. Es verdad que una mala salud bucodental tiene muchas consecuencias pero también depende del estatus socioeconómico, del nivel educativo, factores que influyen igualmente en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. 

Tampoco no padecer periodontitis crónica es sinónimo de no desarrollar alzhéimer. Eso es. O por lo menos hoy en día no. El modelo de periodontitis posiblemente no explique todos los casos de enfermedades neurodegenerativas pero sí estamos encontrando una relación básica. De entrada uno no pretendería explicar toda la diversidad de enfermedades neurodegenerativas solo con una infección pero sí puede ser un mecanismo que explique muchas posibles infecciones o inflamaciones y cómo podrían afectar al cerebro directa o indirectamente.

¿Hay otras bacterias que podrían provocar demencias? La porphyromonas gingivalis es la que más se ha estudiado. Tenemos muchos datos de que diferentes microorganismos -bacterias o incluso virus- pueden generar la sustancia que se acumula en el cerebro de los pacientes de alzhéimer, sobre todo el amiloide. Pero no podemos afirmar todavía que haya otro tipo de bacterias relacionadas. 

Hace 115 años que el alzhéimer fue descrito por primera vez. ¿Está costando mucho descubrir todo relacionado con esta patología? Sí. Si hay algún gran fracaso a lo largo de la historia de la ciencia es que no hemos encontrado su causa. Hablamos mucho de la cura pero el problema de la cura y del tratamiento efectivo dependerá de que encontremos la causa. Sabemos que en el cerebro de los enfermos se acumula una sustancia pero las diferentes terapias para eliminar el amiloide no mejoran a los pacientes, hay algo de base que desconocemos.

¿Qué está fallando? No hemos encontrado una hipótesis que encaje en los mecanismos de desarrollo de la enfermedad. Una de las que podría ser pero que falta validar es la de las enfermedades infecciosas. Veremos qué pasa en los próximos años, a lo mejor se demuestra, pero de momento hay que ser precavidos. Sabemos muchos 'cómos' pero nos faltan muchos 'porqués'.

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