Hace dos semanas, Daniel Benmayor terminaba a toda velocidad su primer largo. La urgencia tenía un porqué: llegar al Festival de Tribeca, que se celebra entre el 22 de abril y el 3 de mayo en Nueva York. Paintball, según su director una película "de acción y terror, de atmósfera, contada de una forma muy particular", será la única presencia española en la cita.

Durante los últimos años, el cine nacional se ha colado en la industria estadounidense. Pero allí no triunfan adaptaciones ni guerras civiles, sino la ciencia ficción y el terror.

Amenábar sedujo a Cruise y Kidman con Tesis y Abre los ojos. Balagueró, Bayona, Vigalondo y Fresnadillo también despertaron el interés de Hollywood con el cine de género, extraño en nuestro país.

Curtido en el cine publicitario, Benmayor salta al largo gracias a un guión de Mario Schoendorf y, sobre todo, la participación de Filmax. La productora sabía en lo que se metía: en los noventa intentó propulsar el género con el sello Fantastic Factory y, el año pasado, triunfó con [REC].

Un rodaje para ingleses

Nacido en 1973, Benmayor quiso dar desde el principio un cariz internacional a su obra: reunió a actores anglosajones y españoles que dominaran el inglés. ¿Pensaba ya en festivales como Tribeca? Según él, no: "Todo lo hizo Filmax sin consultarme, pero cuando me dijeron que me habían admitido fue una alegría enorme". Benmayor reconoce, eso sí, que su cinta "tiene un look americano de cabo a rabo, pero con una sofisticación mayor".

Nacho Vigalondo, ahora enfrascado en el guión de su segundo largo ("a una distancia prudencial de la ciencia ficción", dice), conoce la aventura americana.

Su corto 7:35 de la mañana rozó el Oscar y su primer largo, Los cronocrímenes, triunfó en Sundance y en el Fantastic Fest de Austin.

"La película se estrenó en EE UU", explica Vigalondo, "y gustó tanto a los distribuidores que se interesaron por los derechos internacionales".

La sorpresa vino cuando comprobaron que la película no tenía distribuidor en España: mientras Tom Cruise ponía en marcha el remake, el original esperaba un año para estrenarse, sin pena ni gloria, en España.

En EE UU sigue funcionando: el DVD ha sido publicado hace una semana, y las páginas Rotten Tomatoes y Metacritic recopilan críticas positivas.

Aunque El orfanato o [REC] hayan sido éxitos locales, sorprende la escasa repercusión de otras obras en nuestro país. Bosque de sombras, de Koldo Serra, tenía un reparto de lujo (Gary Oldman y Aitana Sánchez Gijón) y una buena acogida en Sitges y San Sebastián, pero no cuajó.

Lo mismo le pasó a La hora fría, de Elio Quiroga: vista en el Festival de Cine Latino de Los Ángeles, Sitges, Fantasporto y Austin, fue vendida a más de diez países pero no duró mucho en la cartelera local.

Tampoco triunfó Doctor Infierno, a la que Paco Limón dedicó casi una década de su vida. Vista en festivales de medio mundo, llegó a competir con Los Cronocrímenes por el premio a la mejor película europea en el Festival de Bruselas.

¿La clave? Para Vigalondo, "la distancia beneficia. Elementos próximos al espectador español actúan a la contra, al hacer que los elementos fantásticos sean reconocibles y poco creíbles".

Benmayor valora que "el cine español esté dando un vuelco interesante, pero la clave es llamar la atención. Dar un giro al entretenimiento industrial. Hacer una película comercial pero con gracia: creemos que lo comercial es malo y lo bueno tiene que ser artístico, y no es así".

Para Quiroga, el problema es la promoción. Según decía a la web especializada Planeta5000, "sin publicidad no llegas a tu público e Internet está subdesarrollado aquí. Para estar en la mente de los espectadores tienes que anunciarte en televisión y eso es demasiado caro".

Daniel Benmayor

Nacho Vigalondo

Gonzalo López

Paco Plaza y  Jaume Balaguero

J. Antonio Bayona

J. Carlos Fresnadillo