En unas circunstancias aterradoras y bajo los ladridos de perros agresivos, un grupo de policías de una comisaria de Kosice, en el Este de Eslovaquia, obligó el pasado 21 de marzo a seis niños niños gitanos de unos 10 años a desnudarse y pegarse entre ellos, mientras los agentes filmaban la escena en sus teléfonos móviles y con cámaras de vídeo.
Los niños habían sido detenidos por robar un bolso a una mujer.
Los policías amenazaron y gritaron a los niños, con expresiones como "panda de gitanos" y les obligaron también a besarse. Algunos de los chicos fueron incluso mordidos por los perros.
El personal subalterno fue testigo de esos malos tratos perpetrados por sus jefes en la comisaría de policía en el barrio de Lunix IX, donde viven en su mayoría gitanos.
El ministro de Interior, Robert Kalinak, anunció que "nueve policías han sido suspendidos de sus funciones, mientras que el proceso de expulsión de siete de ellos del cuerpo de Policía está en estudio debido a la infracción del juramento policial", por abuso de autoridad.
Han dañado gravemente el buen nombre del cuerpo y han hecho algo que no tiene nada que ver con la ética policial y está en contradicción con el juramento que hicieron", constató el presidente del dirección policial, Jan Packa.
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