Bares, esquiadores y monitores lamentan el cierre de Navacerrada: "Nos vamos al paro, solo nos queda llorar"

Almudena Álvarez, directora de la escuela de esquí Daktak
Almudena Álvarez, directora de la escuela de esquí Daktak
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Almudena Álvarez, directora de la escuela de esquí Daktak

Los aficionados a la nieve no son los únicos que lamentarán el posible cierre de la estación de esquí de Navacerrada. Bares, restaurantes, profesores de esquí, incluso algún hotel, se verán afectados por la noticia que ha lanzado esta mañana la empresa que gestiona la estación. Puerto de Navacerrada "se ve obligada a desaparecer" de forma definitiva tras la orden de Ministerio para la Transición Ecológica de cerrar las tres pistas de la vertiente segoviana.

Profesora de esquí

Almudena Álvarez es la directora de uno de las tres escuelas que operan en esta estación madrileña. Lleva casi una década dando clases a niños y adultos. Su nómina depende exclusivamente de este trabajo. ¿Y ahora qué? "Nos vamos al paro, evidentemente. De mi escuela dependen cinco familias que viven de esto durante todo el año, es nuestro ingreso principal. La estación más cercana es Valdesquí, pero ahí no va a haber trabajo para todos. Solo nos queda llorar", apunta a este medio.

Álvarez no comprende el porqué del cierre de las tres pistas que han llevado a la calusura total de la estación. "Los que venimos a la montaña cuidamos el medio ambiente y enseñamos a cuidarlo. La estación obliga a ello y desde las escuelas se enseña. Ahora la gente que venga a pasar el día tirará más basura", defiende.  Para esta profesional del snowboard la solución no está en prohibir sino en educar en el cuidado al medio ambiente: "Deberían poner una cartel a la entrada al puerto pidiendo que se respete la naturaleza, como ya existe en la Pedriza".

Hostelero

Ricardo Verdesoto regenta la Venta Arias y alquila material de deporte de nieve. Tiene 78 años y lleva toda la vida en el negocio familiar: "Ya no solo estoy preocupado económicamente sino moralmente". Y es que, pese a los recortes que tenga que hacer en la plantilla, su restaurante "funciona durante todo el año". En cuanto a la parte de alquiler de material solo queda reiventarse. "En lugar de ofrecer esquís, serán raquetas para subir a la montaña, esos deportes no van a parar de practicarse".

Aficionado a pistas

Para José Luis Mazuelos el cierre de la estación es "una locura". De hecho no acaba de creérselo. "Yo espero que no lo cierren. Pienso que tienen que dar marcha atrás... quizá lo que hacen es cambiar la empresa", apunta. En caso contrario, se buscará la vida: "He llegado a ir en bus a Francia para esquiar en verano". A sus 79 años no perdona un día sin esquí. El último golpe que se dio fue hace tres meses. "Me abrí la cabeza y aquí sigo, subiendo a pistas".

Hospedera

La hotelería del Puerto de Navacerrada se lo disputan entre unos pocos. Anabel Herranz es una de ellas. Dirige el albergue Peñalara y se muestra sincera: "A mí que cierren la estación de esquí no me afecta porque mis clientes vienen a practicar otros deportes de montaña". Para ella el cierre era necesario desde hace tiempo. "Esto era la crónica de una muerte anuncianda: la estación  está hecha un desastre y nadie se ha preocupado".

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