El regreso de Amy Winehouse a la isla caribeña de  Santa Lucía, donde trata de terminar los temas de su nuevo disco después de que su sello rechazara los que ya había compuesto, no ha pasado desapercibido.

La cantante no sólo se ha paseado por las playas de la mano de su guardaespaldas, tal y como muestra La Tercera.

Además habría comenzado a fumar la piel del plátano,  una costumbre de los lugareños que provoca en la artista reacciones impredecibles (como por ejemplo, salir escopetada y  semi desnuda entre cientos de turistas, según cuentan).

Pero hay más: pese a que las autoridades ya le han pedido que evite hacer topless en la playa, Amy Winehouse sigue reivindicando este hábito y escandalizando a los bañistas.

En una de sus últimas carreras, quizá a causa de un mal viaje provocado por una fumada excesiva de banana, o quizá como protesta porque acababa de ser reprendida por no llevar la parte de arriba del bikini, la joven llegó a pecho descubierto hasta su hotel. Allí fue detenida por el personal del establecimiento, que se apresuró a ofrecerle una toalla para que se cubriera, cuenta Music News .

Los vecinos de la isla tienen para rato con su visitante más estrambótica. La joven se ha quedado prendada del lugar y ha estado mirando propiedades en la zona con la intención de comprar.

Ella, por su parte, asegura que la experiencia insular le ha sentado de maravilla: "Estoy limpia y me siento mucho mejor. Ahora soy, simplemente, una chica normal".