Laia Casadevall: "Vemos el embarazo y el parto como si fuera un proceso patológico y de riesgo, pero no es así"

Embarazada mirando una la ecografía de su bebé.
Embarazada mirando una la ecografía de su bebé.
Europa Press
Embarazada mirando una la ecografía de su bebé.

Laia Casadevall es matrona y se formó en Reino Unido donde las mujeres que están embarazadas tienen mucha más información que aquí en España. Con el objetivo de combatir la desinformación y dada su labor de divulgación y activismo por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres escribió la Guía para un embarazo consciente, una guía donde la información es poder.

¿En qué momento pensó "tengo que escribir un libro sobre embarazo consciente"? 

Yo me formé en Inglaterra donde el sistema funciona muy diferente a aquí. Ya en la primera consulta de dan un montón de información, te informan de todas las pruebas, de tus derechos, de tus opciones, de todo... Entonces, cuando en el año 2000 volví a España y me di cuenta de que aquí la situación era diferente. Las mujeres salían de las consultas con más preguntas que respuestas y tenían que buscar información en Internet. Aquí empezó mi lucha, mi activismo por redes sociales y quería, además, escribir un libro. La  editorial Penguin Libros se fijó en lo que publicaba y me propusieron escribir un libro y, claro, dije que sí. Era una oportunidad maravillosa para llegar a más mujeres.

Usted tiene formación como matrona, no como ginecóloga ¿verdad? 

En España me formé como enfermera titulada, pero después me fui a Inglaterra a formarme como matrona porque los estudios allí son bastante diferentes. Están más enfocados a la fisiología, mientras que los de aquí no. Yo quería aprender de las mejores matronas y por eso me fui.

¿Cuál es la diferencia entre una matrona y una ginecóloga? 

La matrona es la profesional especializada en salud sexual y reproductiva de las mujeres, en cambio, una ginecóloga es una especialista en patología obstétrica y ginecológica. Si partimos de la base de que la mayoría de las mujeres somos mujeres sanas de bajo riesgo, un 80% de las mujeres, pues todas estas mujeres podrían beneficiarse de una matrona. Según la Organización Mundial de la Salud y todos los organismos oficinales esto tiene muchos beneficios. Se reducen el número de intervenciones y se mejoran los resultados. Solo en caso de que hubiera cualquier tipo de complicación se vería a un ginecólogo (o para las ecografías, claro). 

¿De dónde parte el miedo en confiar que el cuerpo está preparado para parir? 

Pues que llevamos muchos años desde que empezó la era de la medicalización y pasamos de un extremo al otro, de parir sin nada, incluso sin matronas, a parir en entorno altamente medicalizados. Muchas de nuestras abuelas han parido dormidas porque se les anestesiaba para el momento del expulsivo. Estas experiencias, algunas, han sido traumáticas y se han grabado generación tras generación. Al final es algo cultural que vamos arrastrando. No es tanto el miedo a sufrir, pues el dolor del parto el cuerpo lo compensa con hormonas. Lo importante es permitir el movimiento, la libertad de posturas para que la mujer pueda acompañar esas sensaciones. 

Entonces ¿por qué cada vez más mujeres piden la epidural?

Porque la tolerancia al dolor es muy baja debido a la limitación de los movimientos. Los partos, como los entendemos en este país, son altamente intervenidos. Los monitores, las vías, esto limita mucho los movimientos. Además, es importante también que haya un buen acompañante al lado que respete la fisiología y brinde alternativas al manejo del dolor. Si no tienes esto, la única alternativa es una epidural.

¿Por qué el sistema sanitario nos insta a sentir el "miedo a parir"? ¿En qué aspectos cree que falla? 

En que vemos el embarazo y el parto como si fuera un proceso patológico y de riesgo, pero esto no es así. Como ya hemos hablado la mayoría de las veces todo funciona bien en un 80% de los casos. 

Cada vez se trata más el tema de la violencia obstétrica, ¿por qué esto es así ahora? 

Porque ha sido una violencia muy normalizada, pero que poco a poco se ha ido denunciando. La violencia obstétrica es el maltrato durante el proceso de parto por parte de los profesionales de la salud. Ahora esto se denuncia más porque las mujeres saben que las cosas no se estaban haciendo bien. Ya hay leyes para regular esto y todos debemos luchar para que las mujeres reciban una atención digna, basada en la evidencia científica y respetuosa con sus cuerpos y sus necesidades. 

​"Los protocolos no son leyes, son guías que tenemos los profesionales, pero por encima de ellos están las decisiones de cada mujer"

Los protocolos se consideran que son ley, ¿cómo lo ve usted? 

Los protocolos no son leyes, son guías que tenemos los profesionales, pero por encima de ellos están las decisiones de cada mujer que debe saber que puede elegir siempre, aunque el protocolo recomiende un tipo de intervención u otro. Tú, como mujer individual eres única y puedes decidir qué es lo que mejor te conviene a ti.

Para esto, ¿es importante elaborar un plan de parto como bien indica en su libro?  

Sí, es súper importante que cada mujer haga un plan de parto muy bien detallado en el que incluya lo que a ella le gustaría. Es un documento súper importante de voluntades anticipadas, legal y que toda mujer debería hacer. Además es una recomendación del propio Ministerio de Sanidad. Por eso es importante que los profesionales expliquen a las mujeres que tienen este derecho, que pueden hacer su plan de parto.

¿De dónde viene la posición tumbada para parir? ¿Es natural? 

No, no es natural. Esta posición empezó a utilizarse cuando los hombres empezaron a atender partos, cuando irrumpieron en la obstetricia. Se dieron cuenta de que con esta postura todo se veía mejor. Pero, con el tiempo también se dieron cuenta de que con esta postura complicaba los partos y hacía que se necesitasen más intervenciones. Es obvio. Es una postura que va en contra de la fisiología. En Inglaterra todos los partos que yo atendí eran en vertical o en cuclillas o en cuadrupedia, como la mujer quisiera. Yo jamás hubiera impuesto una postura a la mujer. La situación es diferente en España.

¿Se les brinda a las madres apoyo emocional y psicológico por parte de los profesionales de la salud? 

No, no realmente. Además, en tiempos de pandemia muchas de las visitas presenciales pasaron a ser visitas telefónicas. Las mujeres se han sentido más solas que nunca en este último año porque la atención que reciben es pobre, conversaciones muy cortas. No hay una preocupación por la emoción de las mujeres. Además, aquellas mujeres que han tenido un trauma se tienen que espabilar. Deben buscar un psicólogo especializado, tienen que buscar ellas mismas ayuda. Esto tiene que cambiar.

¿Cuáles son las consecuencias para madre e hijo de no respetar el piel con piel? 

Romper el piel con piel provoca alteraciones en las constantes vitales del bebé, la frecuencia respiratoria aumenta, pierde calor... El piel con piel tiene la función de calmar y estabilidad las constantes del bebé y  evitar el estrés prolongado que es dañino para el cerebro tan vulnerable del recién nacido. Los bebés nunca se deberían separar de sus madres a menos que haya una situación vital que lo requiera. Para la madre también hay consecuencias. Romper el piel con piel aumenta el riesgo de hemorragia y de problemas con la lactancia, además de la posibilidad de sufrir depresión postparto.

Una mala experiencia de parto, ¿puede provocar una depresión? 

Sí, la forma en la que vivamos la experiencia del parto es muy importante. Muchas mujeres están teniendo depresiones postparto debido a que las expectativas no se cumplen, el parto es traumático, etc. Está claro que nunca sabemos cómo va a acabar el parto, pero es importante que la mujer se sienta bien atendida. Cuando las mujeres se sienten menospreciadas, vulnerables, no se tiene en cuenta su voz ni sus peticiones, entonces hay más riesgo de una depresión.

"Un buen parto es aquel en el que una mujer se ha sentido bien cuidada, sus decisiones han sido respetadas y se la ha atendido bien"

¿Están bien planteados los cursos preparto? 

No. La mayoría de las mujeres salen poco contentas de estos cursos porque son pobres en información y recursos, y eso que son la base de todo. No se informa adecuadamente en ellos.

¿Qué puntos clave debería tener para usted un buen parto? 

Un buen parto es aquel en el que una mujer se ha sentido bien cuidada, sus decisiones han sido respetadas y se la ha atendido bien. Estas son las claves de un buen parto.

¿Cuál es la parte de su libro que destacaría?  

Probablemente la fase del parto porque hay pocos sitios donde puedes encontrar información de una manera tan detallada y esto es muy importante. 

¿Qué le diría a aquellas mujeres que se sienten inseguras y con mucho miedo al momento del parto? 

Que la información es poder porque precisamente es la desinformación lo que lleva es al desconocimiento y al miedo. Si nos informamos y buscamos profesionales que nos acompañen desde el respeto de nuestras decisiones y desde la evidencia científico, pues tenemos mucho ganado. 

¿Con qué le gustaría que se quedasen los lectores después de leer su guía? 

Pues que tú tienes el poder y las riendas de tu maternidad. Al final es un proceso que nos pertenece a nosotras y que la información nos dará todas las herramientas necesarias para poder ser más libres en nuestra maternidad. 

Guía para un embarazo consciente
Laia Casadevall
PENGUIN LIBROS
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