Un apicultor ataviado solo con una gorra y un cepillo ha retirado esta tarde un enjambre de miles de abejas que se habían acumulado en una azotea de Lepe (Huelva), consiguiendo que todas se introdujeran en una caja para retirarlas sin daño alguno.

El vídeo que ha grabado una vecina ha sido difundido por la Policía Local en sus redes sociales oficiales, que ha informado de que en esta época del año es muy común que muchos enjambres de abejas de miel se desplacen en masa, instalándose de forma inesperada en lugares urbanos, como ha pasado esta tarde en la azotea de la calle Rábida del municipio onubense, donde hubo que recurrir a un apicultor tras formarse lo que se denomina 'Enjambrazón'.

La Policía ha recordado que este tipo de enjambres se forma porque la migración de abejas desde medios rurales hacia los urbanos es generalizada, "y cuando una colmena llega a la madurez, se divide, de modo que la reina más adulta se traslada junto a su enjambre para formar otra colonia".

"El entorno agrícola se ha convertido en un ambiente hostil para estos insectos: los monocultivos solo ofrecen una floración anual, por lo que pasan hambre el resto del año; los pesticidas agrícolas las intoxican, y la sequía las mata de sed", recuerda.

Por eso, recuerdan que los enjambres tienen un comportamiento defensivo muy bajo o nulo, "pero si se siente amenazadas pueden llegar a defenderse en masa", y sostienen que nunca hay que rociarlas con insecticida, ya que son muy valiosas y en los últimos años la población de abejas ha disminuido considerablemente, además de que "estos insectos además de elaborar una miel riquísima, ayuda a mantener el equilibrio en nuestro ecosistema, porque el 80% de la polinización mundial depende de las abejas".