El fuerte terremoto que ha dejado al menos 228 muertos, 1.500 heridos y un número indeterminado de desaparecidos cogió por sorpresa a un grupo de estudiantes españoles de Erasmus en la ciudad de L'Aquila.

Enrique Romojaro, toledano de 5º de Bellas Artes de la Universidad Complutense, declaró por teléfono a 20minutos.es que, en torno a las cuatro menos veinte de la madrugada, "todo empezó a temblar, tuvimos que salir en pijama a la calle". "No ha parado de haber réplicas durante toda la noche", aseguró.

Enrique estaba junto a otros estudiantes españoles en las afueras de la ciudad . "No quisimos ir al centro porque decían que la situación estaba muy fastidiada". Además, añadió: "Se nos ha fastidiado la Erasmus y vamos a volver a España lo antes posible".

Regreso a España

Los estudiantes provienen de Galicia, Madrid, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Andalucía y de la ciudad autónoma de Melilla.

Todos ellos fueron trasladados al aeropuerto romano de Fiumicino para volar desde ahí a España.  En torno a la medianoche pasada ocho de ellos llegaron al aeropuerto de Barajas, un grupo de 9 aterrizó en Sevilla y el resto lo harán en las próximas horas.

Problemas de comunicación

El principal problema que están teniendo los estudiantes españoles allí son los móviles. La falta de cobertura y, sobre todo, las baterías agotadas están dificultando las comunicaciones con los estudiantes.

El embajador español en Italia, Luis Calvo, aseguró que los 25 españoles afectados por el terremoto están todos ilesos.

20minutos.es también contactó con Juan Antonio Hernández, un español de 56 años de peregrinación hacia Roma al que el terremoto sorprendió en Castelnuovo, una pedanía de la ciudad de L'Aquila donde hay cinco fallecidos confirmados. El peregrino asegura que el seísmo "ha sido terrorífico, no os lo podéis imaginar: se han caído casas enteras y la gente de aquí busca a muchas personas sepultadas".

Testigos de la tragedia

Otro de los supervivientes, Camillo Berardi, dijo que "cuando se produjo el seísmo, corrí a la casa de mi padre, abrí la puerta principal y vi que todo se había derrumbado. Mi padre seguramente está muerto. Pedí ayuda pero no había nadie".

"Pudimos escapar mientras caían cosas alrededor nuestro. Todo se movía. No recuerdo haber visto algo semejante en toda mi vida", manifestó muy asustada, Angela Palumbo, una anciana de 87 años que salvó su vida de milagro.

Por otro lado, el primer ministro Silvio Berlusconi suspendió un viaje a Moscú y visitó la zona afectada por el seísmo.