La exconsellera de Agricultura de la Generalitat Meritxell Serret, huida en Bélgica desde octubre de 2017, ha comparecido este jueves voluntariamente ante el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que instruye la causa del 'procés', y se ha convertido en la primera dirigente independentista en situación de rebeldía que regresa a España.

El juez ha dejado en libertad provisional a la exconsellera con las únicas medidas cautelares de designar un domicilio y un teléfono y comparecer siempre que sea llamada, aunque la ha citado a declarar el próximo 8 de abril en calidad de investigada por un delito de desobediencia. También ha dejado sin efecto la declaración de rebeldía, así como la búsqueda y captura ordenada contra ella y su orden de detención.

En su resolución, el magistrado argumenta su decisión por la interpretación que, hizo la sentencia del 'procés' sobre la malversación (absolviendo a los acusados); por el estado actual de la investigación, "que no refleja hasta ahora gastos concretos" a cargo de Agricultura, y porque la pena prevista para el delito de desobediencia es de multa y de inhabilitación. 

Malversación y desobediencia

Meritxell Serret fue procesada por los delitos de malversación de caudales públicos y desobediencia, no obstante, dado que hasta ahora no se ha atribuido que su departamento realizara pagos concretos por la organización del referéndum del 1-O, y puesto que los procesados que fueron juzgados en esa misma situación fueron condenados por un delito de desobediencia y absueltos del delito de malversación, no se había cursado contra ella ninguna Orden Europea de Detención después de la sentencia del 14 de octubre de 2019.

Existía, sin embargo, una orden nacional de detención para recibírsele declaración y continuar el procedimiento contra ella. La pena prevista para el delito de desobediencia es de multa e inhabilitación para empleo o cargo público de hasta dos años.

Regresa para ser diputada y porque "no existe euroorden contra ella"

Tras abandonar el Supremo, Serret ha señalado que ha dado este paso porque ahora es diputada electa y "porque también es notorio que desde hace un año, año medio, no había orden de detención".

Por tanto, ha añadido, "no había una persecución a nivel internacional contra mí y hemos creído que ahora era el mejor momento, con los riesgos que podía plantear, dar ese paso". 

Serret viajó el miércoles en coche desde Bélgica hasta el País Vasco, y cruzó la frontera durante la noche del miércoles. Siempre ha ido acompañada, pero no por su abogado, Iñigo Iruin, con quien se ha encontrado en Madrid esta misma mañana.

La exconsellera ha dicho estar "feliz y contenta" de una decisión que "muy poca gente la sabía". De hecho, su propia familia desconocía que volvería a España entre este miércoles y jueves. Tampoco lo sabían el líder de Junts, Carles Puigdemont, ni el resto de "exiliados y exiliadas". Sí que estaba al corriente el presidente de ERC, Oriol Junqueras, y tres o cuatro personas más.

Serret ha marchado a Cataluña, donde quiere seguir "ejerciendo como política" para "defender ese proyecto de república catalana y también para seguir impulsando soluciones políticas que acaben con esta situación de represión judicial y de persecución judicial al independentismo y a lo que supuso el referéndum del 1-O". 

Recibida con aplausos en su municipio

Serret ha pedido el retorno de todos los "exiliados" a Cataluña tras ser recibida en su municipio, Vallfogona de Balaguer (Lleida), por un centenar de vecinos, que la han aplaudido, así como por una delegación de su partido, ERC, encabezada por el vicepresidente y candidato a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, y por el presidente saliente del Parlament, Roger Torrent.

Entre aplausos y abrazos a muchos de los asistentes, la exconsellera y actual diputada electa de ERC en las elecciones del 14F ha dirigido unas breves palabras a quienes la han recibido para agradecer su presencia.

Laura Cortés / ACN

Visiblemente emocionada, Meritxell Serret ha afirmado que era un día muy especial en su vida y que durante los casi tres años y medio de ausencia ha vivido "momentos muy duros", si bien sigue siendo "la misma" que cuando abandonó Cataluña para residir a Bruselas.

"Continúo queriendo construir la república catalana de forma compartida", ha precisado antes de confesar que se siente "muy afortunada" y "feliz" por haber podido regresar a su tierra.

La exconsellera ha explicado, asimismo, que tiene muchas ganas "de empezar una nueva etapa como diputada en el Parlament junto al resto de mis compañeros, a fin de seguir compartiendo objetivos y el día a día".

Ha subrayado que "ojalá" lo que hoy estaba viviendo también lo puedan vivir "el resto de compañeros que están en el exilio y también quienes están en la cárcel" puesto que "todos merecemos vivir en libertad y en concordia, respetándonos".