Valerie Michaut: "La piel reconstruida nos permite hacer muchos experimentos sin tener que recurrir a los animales"

  • Valerie Michaut es Directora de métodos alternativos y piel reconstruida de L’Oréal.
  • Desde 1975 la compañía utiliza modelos de piel reconstruida para no testar la seguridad de sus productos en animales. 
Valerie Michaut, Directora de métodos alternativos y piel reconstruida de L’Oréal
Valerie Michaut, Directora de métodos alternativos y piel reconstruida de L’Oréal
L'Oréal
Valerie Michaut, Directora de métodos alternativos y piel reconstruida de L’Oréal

Hace más de 40 años L’Óréal tomó una trascendental decisión: dejar de experimentar con animales para testar la seguridad de sus productos. Para ello, además de otros métodos como la ómica y otros métodos digitales, desde 1975 ha apostado por la ingeniería tisular y modelos de piel reconstruida, un tejido cultivado en el laboratorio - y comercializado bajo la marca Episkin- para evaluar la inocuidad de sus productos.

Valerie Michaut, Directora de métodos alternativos y piel reconstruida de L’Oréal, nos habla de este método y del compromiso de la multinacional para terminar con los tests en animales en todo el mundo.

Como Directora de métodos alternativos y piel reconstruida, ¿en qué consiste tu trabajo?

Primero de todo, como directora, cuido de mi equipo, su desarrollo, asegurándome de que tienen las mejores condiciones para llevar a cabo sus investigaciones, manejando también presupuesto y recursos. Pero también estoy a cargo de nuestra cartera de proyectos para impulsar el próximo desarrollo de métodos alternativos y me aseguro de que nuestros proyectos estén funcionando bien. También estoy muy conectada con nuestros socios externos, desde la investigación académica, la industria, las ONG y con el equipo de Comunicación de L'Oréal, ya que es de vital importancia para nosotros ser transparentes y compartir y explicar nuestros enfoques a nuestros consumidores de manera adecuada.

Desde hace tiempo, L’Oréal no testa sus productos en animales. ¿Cómo comprueban la seguridad de los productos cosméticos?

Para evaluar la seguridad se siguen cinco pasos. El primero es identificar los riesgos potenciales de cada ingrediente. El segundo, es la evaluación de la exposición, analizamos cómo se usa ese producto para evaluar el riesgo de ese producto o ingrediente en función de cómo se usa, pues o no es igual una barra de labios, que esté en contacto con la piel y con la boca (exposición cutánea y oral en un área muy pequeña), que un champú o un gel, que está en contacto con una superficie grande de la piel, pero que se enjuaga y no se queda en la piel. Utilizando estos dos conceptos, peligro y exposición, determinamos la dosis que no supondrá ningún riesgo para la salud del consumidor. Este es el tercer paso.

Una vez realizada la evaluación de riesgos, se confirma mediante una serie de estudios: como estudios in vitro sobre piel reconstruida y luego ensayos clínicos en humanos. El toxicólogo puede entonces aprobar la comercialización.

“La piel reconstruida nos ayuda a conocer mejor el funcionamiento y la biología de cualquier tipo de piel y ver, por ejemplo, el daño que el sol produce en la piel”

Y, finalmente, cuando el producto está en el mercado, recogemos todo el feedback que nos llega de los consumidores, cualquier problema que tengan con los productos… para corregir, cuanto antes, la fórmula si tuviéramos que hacerlo.

¿En qué consiste el método de la ‘piel reconstruida’ y cómo se consigue crear?

La creación de la piel reconstruida es un proceso muy cuidadoso que sigue una serie de etapas. Empieza con fragmentos de piel humana, que provienen de restos quirúrgicos de operaciones de cirugía estética. Esta piel se obtiene con el consentimiento de los donantes y través de unos acuerdos que tenemos con algunas clínicas. Estos fragmentos de piel nos proporcionan células de piel vivas. Después, separamos la dermis de la epidermis (la capa más superficial de la piel) y de esta se extraen sus principales células, los queratinocitos. Estas células se cultivan imitando las condiciones que se dan en el organismo: con sales minerales, hormonas, azúcar… y se incuban a 37 grados para que se multipliquen y formen una capa celular que se estratifica para formar una capa córnea en la superficie de la epidermis. Después de cuatro semanas, el tejido humano reconstruido está listo para su uso. Además, estos modelos de piel reconstruida sin cada vez más sofisticados para tener en cuenta la realidad biológica más compleja: de una simple epidermis, pasamos a modelos de epidermis pigmentada, imitando los signos del envejecimiento, luego a modelos de piel “completos” con una epidermis y dermis funcionales…

Sobre estos modelos se prueban todos los ingredientes y fórmulas para ver cómo reacciona la piel. Se trata de un método muy preciso y predictivo con el que, gracias a la ómica y otros métodos digitales, podemos ver los efectos que se producen en la piel incluso antes que sean visibles.

Además de testar los ingredientes, ¿qué otras aplicaciones tiene la piel reconstruida?

La piel reconstruida es un método que utiliza L’Oréal desde hace más de 40 años, y nos ha permitido, además de testar la seguridad y la eficacia de los productos, conocer mejor el funcionamiento y la biología de cualquier tipo de piel y ver, por ejemplo, el daño que el sol produce en la piel. Sobre esta piel se pueden hacer muchos experimentos sin tener que recurrir a la experimentación con animales.

Con los métodos actuales, ¿siempre se puede evitar probar en animales o hay veces en que todavía es necesario?

Sí, en L’Oréal no se testa ningún ingrediente ni producto en animales desde 1989, en ninguna situación. Es muy importante para nosotros que sea así.

La UE prohíbe vender productos cosméticos que se han testado en animales, pero ¿qué pasa en el resto del mundo?

L’Oréal está comprometida con los métodos alternativos para reemplazar las pruebas con animales desde hace más de 40 años, tanto buscando estos métodos alternativos con la ayuda de la ciencia como compartiendo estos métodos. Y no estamos solos, también lo están nuestros socios, competidores, consorcios europeos, internacionales, ONG… Y estamos progresando mucho en este sentido, pues hoy 40 países ya han aprobado leyes que prohíben las pruebas en animales para cosméticos, y serán más. Estamos muy felices por eso.

“Creemos en un mundo sin experimentación animal en cosmética. Es la visión que tenemos desde hace 40 años, es nuestra esperanza”

China hasta hace poco obligaba a hacer test con animales. ¿Eso ha cambiado?

Durante más de 10 años, L'Oréal ha estado trabajando con las autoridades y los científicos chinos para desarrollar programas educativos y científicos sobre métodos alternativos: hemos creado un laboratorio de métodos alternativos en nuestro centro de I + D en Shanghái y en 2015, abrimos una subsidiaria de Episkin (el laboratorio donde se elabora la piel reconstruida). Gracias a esto, desde 2011, unos 100 científicos chinos han recibido capacitación formal y han fortalecido sus conocimientos técnicos sobre métodos alternativos. Desde entonces hemos conseguidos dos hitos importantes: desde 2014, algunos productos fabricados y vendidos en China, como champús, geles de ducha y maquillaje, ya no se prueban en animales; y a partir de mayo de 2021, estos mismos productos importados a China ya no serán probados en animales siempre que puedan mostrar un certificado de cumplimiento de las Buenas Prácticas de Manufactura del país en el que se fabrican y una evaluación de seguridad.

¿Cuál cree que será el siguiente pasa en este sentido?

Nuestra próxima batalla es la educación. Junto con nuestros competidores, hemos alcanzado un buen nivel de madurez en el uso de métodos alternativos. Y lo que necesitamos ahora es transmitir este conocimiento. Y no podemos hacer esto solos, por eso, a finales de 2020 comenzamos a trabajar con la ONG Humane Society International, la organización de protección animal más grande del mundo, que se ha comprometido durante varios años en la capacitación y el intercambio de métodos no animales con el público en general, científicos y autoridades.

¿Llegaremos a ver un mundo en el que no haya experimentación con animales, al menos para productos cosméticos?

Esta es la visión que tenemos desde hace 40 años, es nuestra esperanza y creemos en ello. 

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