Con este acuerdo, quiere "revertir decisiones que ponen en peligro todas aquellas acciones de salvaguarda histórica que llevan a cabo los museos y rechazar cualquier intento de politización en relación con la protección y custodia del patrimonio cultural".

Ha asegurado que la colección del Museu de Lleida es "un instrumento básico para la historia y la identidad del territorio", y que la dispersión de las colecciones perjudica al conjunto y disminuye el valor cultural de cada uno de los objetos que las integran.

Ha remarcado que la colección diocesana en su unidad e integridad se convierte en un instrumento básico e imprescindible para poder explicar la historia, el arte y la identidad del territorio histórico del antiguo Obispado de Lleida, por lo que ve esa unidad "irrenunciable".

Ha considerado que la fragmentación de la colección supone la voluntad de "borrar la unidad histórica del territorio actual de Catalunya con el territorio conocido como Franja de Ponent que es fruto de una historia común" y unas relaciones entre las parroquias que formaban parte.

Ha considerado que la reclamación de obras que han realizado el Obispado de Barbastro-Monzón y el Gobierno de Aragón "poco o nada tienen que ver con el arte y su difusión o protección".

Ha señalado que tienen un "trasfondo político clarísimo, que se evidencia en el hecho de que sus demandas siempre se dirigen contra instituciones catalanas, para recuperar obras en museos catalanes, y no contra otras instituciones museísticas de fuera de Catalunya que también conservan piezas procedentes de Aragón".

Por ello, ha declarado el compromiso del Govern en la defensa y protección del patrimonio cultural, "con el objetivo de rechazar cualquier intento de politización" en su protección y custodia, y defender y ejercer las competencias en materia de patrimonio cultural que tiene la Generalitat.