Los afectados del "imposible" examen de ortografía en las oposiciones a policía: "¡Tendrías que saberte el diccionario!"

Una de las oposiciones a Policía Nacional.
Una de las oposiciones a Policía Nacional.
POLICÍA NACIONAL
Una de las oposiciones a Policía Nacional.

"Ahora mismo no quiero seguir con la oposición. Mi idea era ser policía pero siento que he perdido tres años de mi vida". Estas duras palabras son de Javier (nombre ficticio), uno de los casi 17.000 opositores que el pasado sábado se presentaron a las pruebas para entrar en la Policía Nacional en 16 ciudades.

Su voz al otro lado del teléfono denota frustración. Frustración y tristeza por el hecho de acabar muriendo en la orilla en un polémico examen de ortografía después de otro año de estudio y dedicación. "Me decepciona la imagen que está dando la Policía, que tiene que ser una institución ejemplar", sentencia.

Su queja, que refleja la de miles de opositores, se debe la aleatoriedad y dificultad de la prueba de ortografía, en la que en ocho minutos debía juzgar si un centenar de palabras son correctas y forman parte del Diccionario de la Real Academia Española (RAE), un criterio novedoso para esta convocatoria. Hay que recodar que los errores penalizan con un punto, aunque no es obligatorio responder todas.

"Creí que el proceso iba a ser ejemplar y no habría ningún tipo de amaños ni intereses"

"No es normal que un proceso de estas características sea tan aleatorio. Han utilizado palabras que generan mucha confusión y otras que no están aceptadas pero son de uso cotidiano, como por ejemplo resetear, que está bien escrita y se usa mucho, pero no está reconocida por la RAE. Para ir al examen bien preparado tendrías que aprenderte el diccionario entero", explica este aspirante a agente del orden, de 40 años, y que actualmente se encuentra en un ERTE. "Quiero que las personas que me superen lo hagan por méritos propios pero no por el azar, por haber tenido más suerte", reflexiona.

"Podría haber estudiado otra oposición para un trabajo en el que cobraría más y me expondría menos. Pero pude hablar con algunas personas sobre la labor policial y creí que el proceso iba a ser ejemplar y no habría ningún tipo de amaños ni intereses. Pensaba que un cuerpo que vela por la seguridad ciudadana iba a dar un ejemplo plausible", lamenta Javier, quien ya sufrió el año pasado otra situación similar. 

Examen de ortografía de la Policía Nacional.
Examen de ortografía de la Policía Nacional.
POLICÍA NACIONAL

"Aprobé con un 5,3 pero después, sin previo aviso, se fijó el aprobado en esta prueba en un 6,2, un asunto que algunas personas llevaron ante los tribunales", denuncia. "Siento un desamparo tremendo. Me gustaría participar de un proceso en el que no tenga que pensar que hay una mano negra y que te le pueden jugar", reflexiona. Para Javier "este proceso no atiende a su fin". "El objetivo es que los agentes escriban y pongan denuncias sin faltas de ortografía y eso no es lo que juzga en el examen", añade. 

"Estoy totalmente decepcionado pero más que por haber suspendido es porque no puedes ir a un examen con una actitud de ver qué va a pasar cuando has invertido mucho tiempo y esfuerzo", concluye sobre sobre una prueba que duró seis horas, tiempo en el que se prohibió ir al baño entre examen y examen y en el que no se permitió usar un reloj analógico pese a que en las bases se autorizó. "Si quería ir al baño, tenías que hacer en tu tiempo de examen"

"Jamás sabría identificar qué palabra está incorporada o no"

Una filóloga hispánica, especialista en Ortografía y trabajadora en la Real Academia Española, se ha puesto en contacto con 20minutos a raíz de esta polémica y ha afirmado que no sabría decir si una palabra forma parte o no del diccionario de la RAE. 

"Jamás he visto un examen parecido. Mi herramienta de trabajo es el diccionario de la lengua española y jamás sabría identificar qué palabra está incorporada en él o no. Algo que sí deben saber los aspirantes a este cuerpo. Es algo imposible", ha manifestado esta experta lingüista que prepara este tipo de exámenes desde hace años y prefiere mantenerse en el anonimato. 

"Este nuevo criterio hace sumamente difícil aprobar el examen. Cada incorporación en el diccionario académico depende, individualmente, de muchos parámetros. Existen palabras frecuentes como prepago o pifostio, sindiós o desescalar, un término muy usado en la actualidad, que no se recogen. ¿Significa eso que sean incorrectas? No. Significa que, por diferentes razones, la incorporación de la palabra al diccionario no se ha estudiado o está en proceso de hacerlo. Por lo que, sin una falta ortográfica en la palabra, no puede considerarse una palabra incorrecta, en ningún caso", ha argumentado.

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