
La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, acelera para tener listo un nuevo fondo de ayudas de 11.000 millones. La semana pasada, fuentes de su departamento se daban todo el mes de marzo para tener listo el nuevo paquete de ayudas que, si no hay ningún imprevisto, se aprobará finalmente en el Consejo de Ministros de este martesa. Fuentes del Gobierno no ocultan que el mal dato de paro con que empezó marzo– los desempleados superaron la barrera de los cuatro millones no vista desde 2016, con empleados en ERTE en aumento por las restricciones de la tercera ola– han hecho mella en el Ejecutivo, que ha decidido acelerar la aprobación de un paquete de ayudas pensando para ayudar a las empresas a encarar la recuperación una vez que remita la pandemia.
Se trata de intentar salvar de la quiebra definitiva a empresas, pymes y autónomos que eran solventes antes de la pandemia y cuya mala situación se debe a ella. Todo, sin embargo, con los 11.000 millones que el presidente, Pedro Sánchez, anunció hace unas semanas y que para el sector turístico son "escasos". Así lo afirmó hace días el vicepresidente de Exceltur, José Luis Zoreda. Incluyó este calificativo para referirse a unos planes del Gobierno que de momento son desconocidos y en los que no parece que vayan a abundar las ayudas directas que reclama el sector. No solo el turismo, porque el Gobierno quiere con estos 11.000 millones salir al rescate de empresas de otros sectores muy afectados por los cierres y las restricciones que ha impuesto la pandemia, la hostelería, la restauración, el pequeño comercio.
"Por lo conocido, opinamos que será insuficiente y no va a servir para frenar la destrucción de autónomos, empresas y empleos", ha advertido el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor.
«¿No es extraño que lo único que escuchemos sean globos sonda de medidas escasas y confusas?»
José Luis Zoreda
Vicepresidente de Exceltur
Desde el Gobierno se defiende que nunca se ha cuestionado la "magnitud"del fondo, los 11.000 millones. Es cierto, señalan, que el PP pidió 50.000 millones, pero también que Unidas Podemos –ahora unido al coro de quienes exigen pagos directos a las empresas– las reclamó por valor de 8.000 millones.
Lo que sí está claro es que el Gobierno pretende abarcar muchos instrumentos de ayuda con esos 11.000 millones. Según adelantó este periódico, una parte de esa cantidad se destinará a un "fondo de quitas" de deudas bancarias y otra para recapitalizar a otras empresas, canjear su deuda por capital. De manera adicional –es decir, fuera de los 11.000 millones– podrá haber medidas fiscales, tal y como anunció la semana pasada la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
En el departamento de Calviño evitan hablar de "quitas" porque la herramienta que imperará en el plan es la "reestructuración" de deuda, dar a las empresas la posibilidad de adaptar la devolución de los créditos a sus necesidades. Solo como última instancia se podrá recurrir a las condonaciones, para empresas que fueran solventes si no fuera por la pandemia. Y es aquí cuando aparece la primera comparación entre cantidades. Según el ICO, desde la primavera del año pasado las empresas han pedido más de 118.000 millones en créditos con el aval del Estado. Aunque se "depuren" los casos y algunas los hayan devuelto sin problemas y a otras les valga una ampliación de los plazos para devolverlos, es palmaria la diferencia entre los 118.000 y la parte del nuevo fondo de 11.000 millones.
«El plan de ayudas debe destinar 6.000 millones a transferencias directas a autónomos»
Lorenzo Amor
Presidente de ATA
Lo es más porque con otra parte de esa misma cantidad el Gobierno quiere salir al rescate de empresas medianas endeudadas por otros motivos. Aunque hay diferencias porque las dimensiones de las empresas son muy distintas, la comparación aquí podría hacerse con el Fondo de Apoyo a la Solvencia dotado con 10.000 millones de euros que gestiona la SEPI para rescatar a empresas estratégicas y al que han acudido desde aerolíneas a empresas de bienes de equipo, por un total de 2.000 millones.
En este caso las empresas son mucho menores y sus balances se equilibrarán con mucho menos dinero, pero igualmente tendrá que salir de los 11.000 millones, que se dividirá de nuevo para dar cabida al tercer instrumento del plan. Se trata de ayudas directas que el Gobierno destinará a las comunidades para que las distribuyan y que ascenderán a unos 2.000 millones, según El País. Lejos de los 6.000 que pide ATA solo para los autónomos. Se trata del fondo autonómico –a la manera de los16.000 millones del Fondo Covid– del que empezaron a hablar fuentes socialistas del Gobierno después de que Podemos se uniera a la reclamación de ayudas contantes y sonantes a las empresas
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